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Importancia del Salat


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Resumen del tema
La oración es el sostén de la religión y el más importante pilar después de los dos testimonios. Es lo primero sobre lo cual se preguntará al siervo y es el último mandamiento que dejó el Mensajero de Allah a su gente antes de morir. Hasta los compañeros del Profeta consideraban un hipócrita a quien faltaba a las oraciones en congregación. Y la cosa que más muestra el valor de las oraciones, es el hecho de haberse impuesto por encima de los siete cielos, sin nada de por medio.

Primer Jutba

Alabado sea Al-lah, Quien colma de bendiciones a Sus siervos y aparta de ellos muchas de las desgracias por Su misericordia. Lo alabamos como corresponde a la majestuosidad de Su rostro y la grandiosidad de Su poderío. Atestiguo que nada ni nadie merece adoración sino Al-lah, Único, sin asociados. Sus promesas son inalterables, cuando Él decide algo nadie lo puede impedir, y Él es rápido en ajustar cuentas. Alabado sea Al-lah, Quien legisló para Sus siervos una forma de adoración completa, la cual les asegura alcanzar la paz, la tranquilidad y la felicidad verdadera en esta y la otra vida. Atestiguo que Muhammad es Su siervo y Mensajero; el líder de los creyentes, el ejemplo de los justos y el mejor de los educadores. ¡Al-lah! Bendice a Muhammad, a su familia, a sus compañeros y a todos los que sigan su guía hasta el Día del Juicio Final.

¡Siervos de Al-lah! Ciertamente que el Islam, la forma de adoración perfeccionada y aprobada por Al-lah para la gente, se levanta sobre bases y fundamentos firmes. Los beneficios del Islam son invaluables e innumerables, pero no alcanzan a los musulmanes si no cumplen con estas bases y fundamentos completamente.

Una de estas bases y fundamentos sobre las que se levanta el Islam es el rezo ritual, As-Salat en árabe, Azalá en castellano: la columna básica de la fe después de los dos testimonios de fe. El rezo, que ha llenado con sus virtudes los oídos de todos por las maravillosas recompensas que le depara a quienes lo practican regularmente.

Dijo el Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam: “Un rezo tras otro sin cometer faltas entre ambos y tu nombre estará registrado en lo alto del Paraíso”; y dijo también: “El rezo es lo mejor: así es que quien pueda realizarlo con más frecuencia que lo haga lo más posible”. [Abu Dawud y At-Tabarani]

El Azalá es el segundo pilar del Islam y su soporte básico sobre el que se apoya esta forma de adoración, y es lo primero que Al-lah legisló de los ritos de adoración… será también por lo primero que rinda cuentas la gente el Día de la Resurrección. Fue también el Salat lo último que le recomendó El Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, a su nación antes de fallecer, pues decía con sus últimos suspiros de vida: “¡El rezo!, ¡el rezo!, y los que están bajo vuestra potestad”. Y es también lo último que se pierde del din (la práctica de adoración), pues si se pierde el azalá se ha perdido todo el din.

Se hace evidente la importancia del Azalá cuando se analiza el hecho de que fue prescrito desde lo alto de los siete cielos, sin intermediario alguno, en la famosa noche de la ascensión al cielo y el viaje nocturno (Al Isra’ Wal Mi’ray) del Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él.

En el hadiz que relata este suceso de Al Isra wal Mi’ray vemos que el Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, dice: “…Y se me prescribieron 50 rezos por día. Luego bajé hasta donde Moisés, la paz sea con él, y me dijo: ‘¿Qué ha prescrito tu Señor para tu gente?’, y le dije: ‘50 rezos’. Entonces me dijo: ‘Vuelve donde tu Señor y pídele que los disminuya pues tu gente no podrá soportar eso, mira que yo ya probé con los Bani Israil (israelitas)’. Volví ante mi Señor y le dije: ‘¡Señor! Disminúyele a mi gente’, y le disminuyó cinco. Así que volví ante Moisés, la paz sea con él, Le dije: ‘Me redujo cinco’. Y él me dijo: ‘Tu gente no lo soportará, vuelve a tu Señor y pídele que te lo disminuya’, así que estuve yendo y viendo ante Mi Señor, Bendito y Exaltado sea, y Moisés, la paz sea con él, hasta que dijo Mi Señor: ‘¡Muhammad! Ciertamente serán cinco rezos por día y valdrá cada rezo por diez, y así serán cincuenta rezos. Quien tiene intención de realizar una buena obra y no la realiza se le registrará su valor por uno; y si la realiza se le registrará por diez. Y quien tiene intención de cometer un pecado y no lo comete, no se le registrará nada; y si lo comete, se le registrará una sola falta’. Así que descendí hasta que fui donde Moisés y le conté. Él me dijo: ‘Vuelve donde tu Señor y pídele que te disminuya’, pero yo dije: ‘He vuelto ante mi Señor hasta que me dio vergüenza de Él’”.

A consecuencia de que mucha gente se ha lanzado a los brazos de la vida mundana y se ocupan de los asuntos materiales y mundanales, pues varios han olvidado el lugar de este gran rito de adoración; así que no se preocupan de él ni por su práctica. Y es que son ciertísimas y precisas sobre ellos las palabras de Al-lah: {Les sucedieron generaciones que descuidaron la oración, siguieron sus pasiones y terminaron perdiéndose.} [Corán 19:59]

Otra evidencia de la importancia del rezo es que Al-lah ha prescrito que se rece en cualquier lugar o sitio, con excepción de las tumbas y los lugares inmundos de ser posible; por eso dijo el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él: “La tierra se me concedió como lugar de rezo y como purificador (al hacer el Taiamum)”. Y por este gran rito de adoración que es el azalá se han construido las mezquitas y se prescribió el Adhan (el llamado al rezo) y se prescribió el rezo en grupo para aumentar la relevancia de este gran rito.

Otra señal de la grandeza del rezo en el Islam, es que el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, instruyó que se enseñe a los niños desde los siete años de edad y se los castigue sino lo aprenden sólo desde los diez años. El Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, dijo: “Instruyan a sus hijos el rezo desde los siete años y castíguenlos si no lo cumplen desde los diez años”.

Y no es secreto que el rezo fue la recomendación final del Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, mientras agonizaba. Se estaba muriendo y sentía pena por su gente, se esforzaba en hablar y decía: “¡El rezo!, ¡el rezo, y los que están bajo vuestra potestad!”. En esos últimos días de vida también se preocupó por el rezo en grupo en su mezquita y decía: “¿Ya rezo la gente? Ordenen a Abu Baker que dirija el rezo de la gente”.

Así pues, todo esto y mucho más se ha dicho por la importante posición que ocupa el rezo en el Islam. Por eso decía el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él: “Lo primero por lo que rendirá cuentas la persona el Día de la Resurrección será la oración. Si está bien esta, pues estarán bien las demás obras; y si no está bien el rezo, pues no estarán bien tus otras obras”.

Y dijo sobre los que abandonaron la práctica del rezo: “El compromiso entre ellos y nosotros es el rezo. Quien lo abandona está en la incredulidad”; y dijo: “El que abandona intencionalmente el rezo sepa que Al-lah ya no tiene ningún compromiso con él”. Y dijo: “No hay nada más entre la persona y la incredulidad que abandonar el rezo”.

¡Siervos de Al-lah! Abandonar el rezo no es un tema sencillo como lo consideran algunos, pues abandonar el rezo es un crimen grave y terrible, algo abominable y de peligrosas consecuencias. Puede llevar –¡Al-lah nos libre!– a la apostasía, que es renegar del Islam y unirse a los incrédulos politeístas.

Quien abandona el rezo ha roto el sostén del Islam y abre ante sí una puerta que puede llevar a la incredulidad y la salida del Islam renegando de las gracias de Al-lah. ¡Glorificado sea Al-lah! El que te agració con la gracia del Islam y con la luz de la fe, y te dio un corazón y una mente racional, y te dio fuerzas, salud, vista y oído; perfeccionó Sus gracias sobre ti honrándote como a ninguna otra criatura; ¿y tú te niegas a inclinarte un ruku’ (inclinación) para Él y prosternarte en suyud para Él?

Mucha gente se parece, al rezar, a los pájaros, quienes picotean rápidamente el suelo inclinándose para buscar comida, no lo realizan serenamente y con calma en cada posición, no recuerdan a Al-lah en el rezo casi nada; por eso se mueven mucho durante el rezo, se rascan, voltean su mirar a cualquier cosa, y los comerciantes están más atentos a su negocio que al rezo.

Por eso el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, le dijo al hombre que no se estabilizaba calmadamente en cada posición del rezo: “Vuelve a rezar que tú no has rezado”.

Cuando el que reza levanta sus manos y pronuncia el Takbir está glorificando a Al-lah, cuando pone su mano derecha sobre la izquierda se está presentando humildemente ante Al-lah, cuando se inclina en el Ruku’ está glorificando a Al-lah, cuando se prosterna en el suyud esta reverenciando a Al-lah por Su creación. Y cuando dice: “Al hamdu lil-lah rabbil ‘Alamin” (Alabado sea Al-lah, Señor del universo), Al-lah dice desde Su trono: “Mi siervo me ha glorificado”. Cuando dice: “Arrahman Arrahim” (el Clemente, el Misericordioso), dice Al-lah desde Su trono: “Mi siervo me ha elogiado”. Cuando dice: “Maliki iawmiddin” (Soberano del Día del Juicio), Al-lah dice: “Mi siervo me ha loado”. Y Cuando dice: “Iakana’ budu wa iaka nasta’ in”, Al-lah dice: “Esta es entre Yo y Mi siervo a medias, y daré a Mi siervo lo que Me pida”.

Cuando él dice: “Glorificado sea mi Señor el Magnífico” y “Glorificado sea mi Señor el Altísimo”, aunque lo digas en susurros, Al-lah te oye. Por cierto que Él oye todo lo que dices y ve todo lo que haces, por mínimo que sea.

Y debes saber que Él sabe todo lo que piensas durante el rezo, aunque haya sido sólo un instante; y si miras al punto donde apoyarás tu frente en el suyud Él te ve; y si levantas tu dedo cuando mencionas Su nombre en el testimonio de fe, Él ve tu seña, pues Él abarca a todos Sus siervos con Su sabiduría, Su poder y Su designio.

Dijo Ibn ‘Abbas, que Al-lah esté complacido con él, de boca del Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él: “Quien oye el llamado y no responde (realizando la oración en grupo) no ha rezado, excepto que tenga para ello una excusa”. [Ibn Maya y Al Hakim]

Abu Ad-Darda, que Al-lah esté complacido de él, relató que oyó al Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, decir: “Si hay tres personas en un pueblo o un campamento nómada y no realizaban juntos el rezo, Satán los dominará. Practiquen, pues, el rezo grupal porque el lobo se come a la oveja separada del rebaño”. [Ahmad]

Abu Huraira, que Al-lah esté complacido con él, relató que el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Quise ordenar a mis seguidores que junten leña y luego dirigirme a la gente que reza en su casa sin excusa par quemársela sobre ellos”. Este hadiz claramente nos indica la importancia que tenía para el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, la realización de la oración en grupo y cómo le disgustaba que un musulmán que no tiene excusa válida le reste importancia a la grandiosidad de la oración.

Ibn Mas’ud, que Al-lah esté complacido con él, dijo: “Si ustedes rezan en sus casas como reza este aquí, en su casa, estarían abandonando una Sunna de su Profeta, y si abandonan la Sunna de su Profeta se perderán”. [Muslim]

Le pido a Dios perdón por nuestras faltas. Háganlo ustedes también.

Segundo Jutba

Ahora, hablaremos del momento preciso cuando Al-lah, el Altísimo, legisló la oración como la practicamos hoy; el suceso conocido como Al Isra’ wal Mi’ray (el viaje nocturno y la ascensión al cielo) encierra muchos secretos y sabiduría.

El hecho de que el Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, hubiese sido llevado por la noche desde Meca hasta la Mezquita Sagrada de Jerusalén antes de ser ascendido al cielo, es una indicación de que el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, heredaría el liderazgo de la Umma (la nación islámica) y que su nación heredaría estas tierras, pues la mezquita de Jerusalén había estado en manos de Bani Israel (los israelitas) antes, pero cuando ellos se desviaron y distorsionaron la revelación de Al-lah perdieron las características que les permitieron anteriormente el liderazgo. Así pues, el viaje nocturno a Jerusalén fue una albricia de que el liderazgo pasaría a sus manos y el dominio de la tierra santa a su nación.

En el rezo de los Profetas, la paz sea con todos ellos, detrás del Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, hay una indicación de que si ellos estando en la otra vida lo siguieron en el rezo, lo habrían seguido de haberlo encontrado estando ellos vivos, y era un mensaje a sus supuestos seguidores judíos y cristianos y otros, que si ellos, los Profetas, la paz sea con ellos, desde la muerte seguían al Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, pues con mayor razón los judíos y cristianos que estaban vivos debían seguirlo. Pero la respuesta de los seguidores nos la da a conocer el Corán: {Y cuando les llegó [a los judíos] el Libro de Al-lah [el Corán] que confirmaba lo que ya tenían [en la Torá], a pesar de que imploraban el auxilio contra los incrédulos, cuando se les presentó [el Mensajero] que ya conocían, no creyeron en él. ¡La maldición de Al-lah sea sobre los incrédulos! Qué mal que obraron al no creer en lo que Al-lah reveló, por envidia, debido a que Al-lah favoreció a quien quiso de Sus siervos, incurriendo repetidamente en Su ira. Y los incrédulos tendrán un castigo degradante.} [Corán 2:89-90]

Algunos –que Al-lah los guié– celebran festejos en la noche del Isrá wal Mi’ray y se han puesto de acuerdo en que es el 27 del mes lunar de Rayab.

Luego, si nos permiten los celebradores de tal ocasión, una pregunta sola: ¿El Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, y sus Sahaba, que Al-lah esté complacido con ellos, celebraron algo esa noche? Si nos responden: “Sí”, les diremos: {Traed vuestro fundamento, si es que decís la verdad.} [Corán 2:11]; y si nos dicen: “No”, les diremos: “La mejor guía es la de Muhammad, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam”. [Bujari]

Pidan bendiciones por el Profeta Muhammad, tal como Dios se los ordena: {Ciertamente Al-lah y Sus Ángeles bendicen al Profeta. ¡Oh, creyentes! Pidan bendiciones y paz por él.} [Corán 33:56]

¡Oh Al-lah! Me refugio en Ti de desviarme o ser desviado, de equivocarme o de que me precipite en el error, de oprimir y ser oprimido, de ser ignorante o que sean ignorantes conmigo.

¡Oh Al-lah! Tú eres el Soberano, no existe dios excepto Tú. Tú eres mi Señor y yo soy Tu siervo. He sido injusto con mi alma, reconozco mis pecados, perdona todas mis culpas y mis faltas, porque nadie perdona los pecados sino Tú. Guíame hacia los mejores modales, nadie guía a ellos sino Tú. Aleja de mí las malas obras, no las aleja nadie sino Tú.

¡Oh Al-lah! Perdóname tanto los pecados que cometí como lo que dejé de hacer, y aquellos que haya cometido en secreto y públicamente, y lo que haya malgastado, como también aquellas cosas que Tú bien sabes de mí.