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Fiesta del Sacrificio ( Eid Al Adha)


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Resumen del tema
Eid Al-Adha es la fiesta del sacrificio, la fiesta de la cortesía y simpatía hacia los pobres, una fiesta donde se reúnen millones de musulmanes para peregrinar hacia Meca (hacer Hayy). En el Eid aparece la cortesía de la gente con su sacrificio para acercarse más a Dios y dar a los pobres.

Primer Jutba

Alabado sea Al-lah, Señor del universo. Lo glorificamos, Le pedimos perdón por nuestros pecados y a Él nos encomendamos. Nos refugiamos en Al-lah del mal que existe en nuestras propias almas y de los perjuicios de nuestras malas acciones. A quien Al-lah guía nadie puede desviar, y a quien extravía nadie puede guiar. Atestiguamos que nada ni nadie merece adoración sino Al-lah, Único, Quien no tiene copartícipe alguno. Atestiguamos que Muhammad es Su siervo y Mensajero.

Hermanos y hermanas, ¿saben qué día es este? Es el Eid del Adha, la fiesta de las ofrendas, que fue enaltecido por Al-lah, Quien lo denominó “El día del gran Peregrinaje”, pues los peregrinos realizan en él la mayor parte de sus ritos, lanzan las piedritas al obelisco mayor (Yamratul ‘Aqaba) y degüellan sus ofrendas, se afeitan la cabeza y circunvalan la casa sagrada de la Meca (Al Ka’ba) para luego caminar entre las colinas de Safa y Marwa.

Este día los peregrinos van a permanecer en Mina después de haberse detenido, el día anterior, en Arafat, ocupados con las plegarias, la toma de conciencia y el arrepentimiento. Todo esto se va realizando según el mandato del Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él: “Tomen de mí sus ritos”.

Este día bendito fue designado como un hito que aporta a los musulmanes bendiciones y beneficios. En este día, los musulmanes se acercan a Su Señor con sus ofrendas siguiendo la tradición del Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, quien degolló con sus propias manos sus ofrendas en el peregrinaje de despedida (Hiyyatul Wada’). Y relatan Al Bujari y Muslim que el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, degolló dos ofrendas de carneros blancos con sus propias manos. Mencionó la Basmala (Bismil-lah irrahmanir rahim) y el Takbir (Al-lahu Akbar).

Hermanos y hermanas, hay una gran recompensa para quien cumple con este rito de las ofrendas, se la menciona en el hadiz: “Ninguna obra del ser humano es más querida para Al-lah en el día del sacrificio que el degüello de las ofrendas, estas vendrán en el Día del Juicio con sus cuernos y sus lanas y sus marcas. La sangre de las ofrendas es tomada en cuenta por Al-lah desde antes de llegar al suelo”.

“El que ofrenda recibirá una bendición (Hasana) por cada pelo de su ofrenda y por cada copo de lana. Así que mejoren la posición de sus almas con las ofrendas”. [Ahmad]

Debemos saber, hermanos, que las ofrendas de este día deben cumplir con 3 requisitos:

El primero: que alcancen una edad mínima específica. Dos años en las vacas, un año en los chivos, y seis meses en las ovejas.

Segundo: que no tengan los defectos mencionados por el Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, en sus palabras: “Cuatro de las ofrendas no son válidas: la coja, la tuerta, la enferma y la flaca esquelética”. [Ahmad]

Tercero: que se realice la ofrenda en el tiempo definido legalmente, que va desde la salida del sol del día del Eid hasta la puesta del sol del tercer día de los llamados “días del At-Tashriq” y lo mejor es realizarla en el día del Eid y no hay problema en degollar de noche y un cordero solo es suficiente para toda la familia, como en el hadiz de Abu Aiub, que Al-lah esté complacido con él.

Hermanos que desean ofrendar, deben ser misericordiosos con sus ofrendas, afilando bien sus cuchillos y tratándolas con suavidad. La Sunna dicta que se debe comer algo de la ofrenda y el resto darlo en caridad. Se debe realizar personalmente el degüello o asistir al mismo, y no se debe pagar al carnicero de la misma ofrenda.

Hermanos en la fe, debemos recordar que el Islam vino para iluminar a la gente por todos los rincones del mundo, llevando los estandartes de la paz y la seguridad después de que la humanidad estaba hundida en el lodo de la idolatría y el politeísmo, en los pantanos del libertinaje y la lujuria, de la opresión y la injusticia. Entonces, el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, levantó el estandarte de la Dawa hacia el monoteísmo puro.

La prédica del Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, se basaba en el monoteísmo: profesar la unicidad de Al-lah en Su soberanía, Su divinidad y Sus nombres y atributos. No hay Dios, sino Él, no hay otro Señor para la gente.

Todo lo que se adora fuera de Al-lah es un ídolo que no tiene poder para dar vida ni muerte. Es sorprendente en verdad cómo la gente se anima a adorar a criaturas limitadas y débiles en lugar de adorar a Al-lah, el Todopoderoso y Omnipotente. Al-lah es el Único que merece la adoración, y sólo a Él va dirigido el rezo, la limosna y todos los demás ritos de adoración. Dirigirse a otros fuera de Al-lah en momentos de necesidad es Shirk (politeísmo); adoren sólo a Al-lah con Sus nombres y atributos del Corán y la Sunna, sin detallar ni corporizar, sin distorsionar ni anular, sin asemejar ni interpretar metafóricamente, tal como dice en la Sura “El Consejo”: {No hay nada ni nadie semejante a Al-lah, y Él es Omnioyente, Omnividente.} [Corán 42:11]

Hermanos y hermanas, con esta fe pura nuestra nación progresó y se destacó. El Corán da a las sociedades y los individuos lo que necesitan. Dijo Al-lah: {…Cuando sea que os llegue de Mí una guía, quienes sigan Mi guía no se extraviarán ni serán desdichados. Mas quien se aleje de Mi Mensaje llevará una vida mísera, y el Día del Juicio lo resucitaremos ciego.} [Corán 20:123-124]; y dice el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, en el Sahih Muslim: “Les estoy dejando algo que, si se aferran a ello, no se perderán después de mi partida nunca: el libro de Al-lah y mi Sunna”.

Esta es nuestra fe, la ley de nuestro Señor y la Sunna del Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam. Aférrense a ello con uñas y dientes. ¡Por Al-lah! No le hace bien a esta Umma sino lo que le hizo bien antes; cuídense de innovaciones heréticas, pues la mejor guía es la de Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, y toda bid’a, toda innovación en la fe, es perdición y toda perdición estará en el Infierno, Al-lah nos libre de ello.

Los eruditos tienen en el Islam una posición prominente, son los herederos de los Profetas y representantes de los Mensajeros de Al-lah; son los que procuran el bien común y la reforma, y son los que perfeccionan la difusión del Islam y su prédica. Señores eruditos: ¡Sean un buen liderazgo para la gente! Cumplan cabalmente con su obligación y no enturbien el conocimiento con intenciones materialistas ni ambiciones mundanas. Y la gente debe respetar la posición de los eruditos evitando hablar mal de ellos o atacarlos.

¡Divulgadores del Islam! Cumplan con su obligación en la Da’wa del Islam, pero con el método correcto y en buena forma, para que su prédica se apoye en la fe y el credo correcto, que se corone con la sinceridad y la adoración exclusiva del Único Dios, y sin parcialidades hacia una clase social, una ideología política o ambiciones personales, sin apartarse del método profético.

Cierren filas, que coincidan sus palabras y sus métodos de Da’wa. Que la sabiduría, la visión aguda, el recuerdo bien intencionado y los buenos modales al debatir sean sus atributos. A cada persona denle su lugar, sin violencia ni torpeza ni histerias ni emocionalismos, que son contrarios a la ciencia y la racionalidad.

Deben tener una visión amplia, no deben exasperarse por los resultados, pues esto no se les exige a ustedes. Sean pacientes ante lo que les tocará de acoso y ataques. Eviten caer en discusiones minimalistas y marginales, enfóquense en los fundamentos de la fe y en las reglas generales. Empiecen con lo urgente, lo importante y lo universal y no disputen acerca de los medios. Cuídense de no ocuparse los unos contra los otros y no creen disputas en temas que gozan de tolerancia y permisión para generar rencillas y resentimientos.

Y sepan, divulgadores del Islam, que en su camino encontrarán varias clases de pruebas y tribulaciones, así es que mucha paciencia y mucha perseverancia sin desfallecer.

Le pido a Dios perdón por nuestras faltas. Háganlo ustedes también.

Segundo Jutba

Alabado sea Al-lah con una bendita y abundante alabanza, como Le agrada y Le complace. Doy testimonio que no hay más Dios sino Al-lah, que no tiene iguales ni copartícipes y tiene los más bellos y perfectos nombres. Y doy testimonio que nuestro profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, es siervo y Mensajero de Al-lah; que fue enviado como guía y admonitor, invitando a la gente con Su permiso hacia la fe y la salvación, como una antorcha luminosa; la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, con su familia, con sus Sahaba, con sus esposas y sus seguidores.

¡Hermanos! Recordemos el Día en que Al-lah nos reunirá a todos, los primeros y los últimos. Unos tomarán su libro en su diestra y los otros lo tomarán con la izquierda. Recuerden cuando seamos reunidos por Al-lah, desnudos y descalzos, tal como nos dieron a luz nuestras madres. Recuerden, siervos de Al-lah, la muerte y sus agonías, la tumba y su oscuridad, la reunión y sus padecimientos.

Los pecados y las faltas representan un grave peligro y calamidad; cuando llegan a una población la corrompen, y cuando entran en una sociedad la destruyen. Nuestra religión ha llegado para aportar beneficios, evitar males y proteger las cinco necesidades vitales: la fe, la vida, la propiedad, la honra y la mente.

Los embriagantes, el adulterio y la homosexualidad son abominaciones terribles que atentan contra la vida humana y contradicen los dictados de la fe, la Shari’a y la razón.

La familia musulmana es la simiente de la sociedad musulmana, con su virtud gana rectitud la sociedad, y con su corrupción pierde ésta su desarrollo humano y sus fundamentos de progreso. Todos los miembros de la familia deben esforzarse por mantener la rectitud, deben preocuparse por la educación islámica que los proteja de las malas influencias; los esposos deben cumplir con sus deberes y derechos mutuos, pues los problemas sociales y la corrupción se dan precisamente porque uno de los cónyuges no cumple con su obligación respecto al otro, y esto mismo es causa de divorcios, desintegración familiar o criminalidad infantil y juvenil.

Cumplamos cada uno con los derechos de nuestros hermanos. El musulmán debe desear para sus hermanos lo que desea para sí y debe evitar el egoísmo, la envidia, los chismes, la falsedad, el engaño y la agresión. Debemos prestar especial atención a los derechos de los padres, pues son muy importantes ante Al-lah, y también debemos recordar los derechos de nuestros familiares y nuestros vecinos.

Ustedes son la esperanza, la Umma, son la esperanza de un futuro brillante si cumplen con su misión. Cuiden de sus obligaciones, aférrense a la gente erudita; y las hermanas musulmanas sepan que el Islam es una joya valiosa y cuídense de lo que difunden los enemigos del Islam que las menosprecian y las subestiman por temor al ejemplo que ustedes dan con el Hiyab. Jóvenes todos, no olviden lo que les entregamos y lo que ustedes deben entregar a las generaciones venideras: la fe en el Dios Único, la Shari’a y la educación islámica.

Hermanos, preserven la columna de su fe: el rezo; quien lo abandona no tiene lugar en el Islam. Adopten los valores islámicos y cuídense de contentarse con títulos y apariencias sin obras ni prácticas. El Islam no es una fe de buenos deseos solamente, se trata de lo que se cree en el corazón y lo que se hace en los hechos. Y agradezcan a Al-lah por Sus gracias y signos.

Pidan bendiciones por el Profeta Muhammad, tal como Dios se los ordena: {Ciertamente Al-lah y Sus Ángeles bendicen al Profeta. ¡Oh, creyentes! Pidan bendiciones y paz por él.} [Corán 33:56]

¡Oh Al-lah, ciertamente me refugio en Ti de la incredulidad, de la pobreza, y en Ti me amparo del tormento de la tumba, no hay nada ni nadie que merezca ser adorado sino Tú!

¡Oh Al-lah! Haz que el Corán reviva mi corazón, que sea la luz que ilumine mi alma, la cual da final a mi tristeza y alivia mis preocupaciones.

Oh Señor, anhelo Tu misericordia, no me abandones ni por un instante, y facilita mis asuntos, no hay otro a quien deba suplicar ni adorar más que a Ti.