Primer Jutba
Alabado sea Al-lah, Señor del universo. Lo glorificamos, Le pedimos perdón por nuestros pecados y a Él nos encomendamos. Nos refugiamos en Al-lah del mal que existe en nuestras propias almas y de los perjuicios de nuestras malas acciones. A quien Al-lah guía nadie puede desviar, y a quien extravía nadie puede guiar. Atestiguamos que nada ni nadie merece adoración sino Al-lah, Único, Quien no tiene copartícipe alguno. Atestiguamos que Muhammad es Su siervo y Mensajero. Alabado sea Al-lah, Quien provee a Sus siervos y criaturas de día y de noche con la mejor provisión. Alabado sea Al-lah, en cuyas manos se encuentra la riqueza absoluta, y Quien la reparte como quiere, dando a unos más que a otros.
¡Siervos de Al-lah!
Hermanos y hermanas, ¿quieren lo que es bueno para la fe, para el mundo material y el del más allá? Entonces busquen su sustento a través de los medios lícitos que Al-lah y Su Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, dictaminaron. Sepan que nuestro Señor nos ha permitido todo lo bueno y nos ha prohibido lo impuro y lo que hace mal. El bien está en todo lo que es beneficioso en sí y que no daña al individuo en lo físico, mental o espiritual; que no atenta contra la estabilidad de la familia ni la sociedad, y que no se obtiene de forma prohibida o pecaminosa.
Procurarse el sustento y buscarse los recursos para vivir es algo prescrito por la Sharia y requerido por el alma y por naturaleza. Al-lah hizo del día un tiempo para procurarse el sustento y buscarse la vida en infinitas formas; nos ordenó deambular por la tierra para nutrirnos con Su dotación.
En el Corán Al-lah comparó a aquellos que van por la tierra procurando Su gracia y sustento con los luchadores esforzados por Su causa, tal como dijo en la Sura “El Cobijado”: {… otros de viaje por la tierra procurando el sustento de Al-lah, y otros combatiendo por Su causa. Recitad, pues, lo que sepáis de él [el Corán].} [Corán 73:20]
Y nos informó el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él: “Nunca nadie comió mejor alimento que el fruto de su trabajo; y el Profeta David, la paz sea con él, sólo comía de lo que conseguía con su propio esfuerzo”. [Bujari]
La independencia económica, queridos hermanos, a través del sustento lícito es un alto honor y una destacada virtud; tanto así, que el Califa Omar ibn Al Jattab, que Al-lah esté complacido con él, dijo: “El mejor momento y lugar donde deseo que me llegue la muerte es en el mercado, comprando y vendiendo para mantener a mi familia”.
También, tenemos la sabiduría del Profeta Luqman, la paz sea con él, en el consejo que ofreció a su hijo, le dijo: “¡Hijo mío! Evita la pobreza a través del sustento honesto y lícito, porque todo aquel que es azotado por la pobreza se caracteriza por tres malos atributos: negligencia en la práctica religiosa, debilidad mental y pérdida del recato”.
En el sustento lícito y la pureza de los bienes está la plenitud de la fe, la salvación de la honra, la prestancia y la dignidad. Y es sabido que el objetivo de todo esto es sustentarse con cosas buenas, pues Al-lah es bueno y no acepta sino lo bueno. Al-lah les ordenó a los creyentes de la misma forma que se le ordenó a los Mensajeros, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con ellos: {¡Oh, Mensajeros! Comed de las cosas buenas y obrad con rectitud, que Yo bien sé lo que hacéis.} [Corán 23:51], y dijo: {¡Oh, creyentes! Comed de las cosas buenas que os Hemos proveído, y agradeced a Al-lah, si es que adoráis sólo a Él.} [Corán 2:172]
Y uno de los objetivos más excelsos del mensaje de Muhammad, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, es el de declarar lícitas las cosas buenas y declarar prohibidas las cosas impuras, y en el Día de la Resurrección los buenos y puros tendrán el mejor final, dijo Al-lah en la Sura “Las Abejas”: {Cuando los Ángeles tomen las almas de los piadosos les dirán: ¡La paz sea sobre vosotros! Ingresad al Paraíso por cuanto habéis obrado.} [Corán 16:32]
El Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Hay cuatro cosas que si las tienes no te importará lo demás que te pierdas del mundo: cumplir con lo que te han confiado, la veracidad, el buen carácter y la moderación en el alimento”.
La procura del sustento lícito y su búsqueda es algo obligatorio y necesario para todo musulmán, no habrá ningún ser humano el Día de la Resurrección al que no se le pregunte de dónde obtuvo su sustento diario, cómo lo obtuvo y en qué lo gastó. Es obligación de todo musulmán y musulmana asegurarse de distinguir el sustento lícito del ilícito, para procurarse y gastar sólo en lo permitido.
Miren el gran ejemplo dejado por Abu Baker As-Siddiq, que Al-lah esté complacido con él, a quien su sirviente le trajo algo de comer y lo comió. Luego le dijo el sirviente: “¿Sabes de dónde saqué lo que te di? Simulé ser un adivino en la época de la Yahilia (antes del inicio de la revelación) sin saber cómo hacerlo; pero logré engañar a un hombre y el luego me dio lo que comiste”. Entonces Abu Baker, que Al-lah esté complacido con él, se provocó el vómito para sacar todo lo que tenía en su vientre. [Bujari]
En una de las versiones de este relato, se mencionó que Abu Baker, que Al-lah esté complacido con él, le respondió al sirviente: “Aunque tuviese que salir mi alma con este alimento lo habría expulsado igual. Al-lah, perdóname por lo que cargan las vías sanguíneas y mezclan los intestinos”.
Una vez, Omar, que Al-lah esté complacido con él, bebió una leche que le agradó, así que le preguntó a quien se la ofreció: “¿De dónde la conseguiste?” Le respondió: “Pasé por donde están los camellos donados en caridad y los vi bebiendo agua, así que ordeñé un poco”. Omar, que Al-lah esté complacido con él, se introdujo la mano a la boca y vomitó. También encontramos la historia en la que una mujer creyente le decía a su esposo: “¡Oye, teme a Al-lah en lo que traes para nuestro sustento! ¡Mira que podemos tener paciencia ante el hambre, pero no podremos tener paciencia en el fuego del Infierno!”, es decir, que ella prefería pasar hambre a consumir cualquier alimento que hubiese sido conseguido de forma ilegal.
El sustento ilícito trae graves consecuencias al individuo y a la sociedad: retira las bendiciones, extiende los vicios, se suscitan desgracias, crisis económicas, desocupación e injusticias, lo que vemos en la actualidad en todas partes del mundo.
Muchos de aquellos que se sustentan con lo ilícito se excusan en que no encuentran otros trabajos o no saben hacer cosas diferentes, estas no son razones para mantener sus vidas con lo ilícito, pues aquel que gasta dinero haram no obtiene bendiciones, por más que se prosterne en la oración.
El Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Vendrá un tiempo en que la gente no se preocupará de dónde se origina su sustento, si de lo lícito o de lo ilícito”. Y algunos relatores agregaron: “A esos no se les responde sus plegarias”.
Queridos hermanos, es nuestra obligación asegurarnos de que nuestro sustento provenga de orígenes lícitos, y debemos evitar los recursos sospechosos. Respeten los derechos de las personas, remuneren su trabajo, respeten convenios y contratos; eviten el engaño, el fraude, el retraso y la postergación de las deudas.
Teman a Al-lah, lo lícito es abundante y bueno, purifica los corazones y anima los órganos, y mejora la situación y condición personal, sana y permite que las plegarias sean respondidas.
El Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, dijo: “Quien haya cometido alguna injusticia contra su hermano, en su honor o sus bienes, debe repararla hoy antes que se le exija en el día en que no valgan ni el oro ni la plata. Y si tuviese alguna buena obra, se tomará de ella en proporción de su injusticia. Si no tuviese, se tomarán las malas obras de su víctima y se las anotarán a él”. Lo citó Ahmad.
Le pido a Dios perdón por nuestras faltas. Háganlo ustedes también.
Segundo Jutba
¡Queridos hermanos y hermanas! El musulmán debe esforzarse por evitar la tentación de la vida terrenal y que lo mundano no sea su mayor interés. Hay un Hadiz donde dice el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él: “Quien tiene la vida mundana como su principal precaución, Al-lah le pone su pobreza siempre presente y no tendrá de ésta sino lo prescrito; y quien tiene la otra vida en sus intenciones y como su principal objetivo, Al-lah le pone su riqueza en su corazón, por lo que los bienes materiales no le interesan”. Lo citó Ibn Maya y otros.
Abu Huraira, que Al-lah esté complacido con él, relató que el Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, dijo: “¡Que perezca el esclavo del dinar, el esclavo del dirham y el esclavo del lujo! Si se les da están contentos; y si no, se enfurecen. ¡Que perezca y que caiga nuevamente! Y si se le clava una espina, que no encuentre quien se la quite. Tuba (lo mejor de todo) sea para aquél que sujeta las riendas de su corcel por la causa de Al-lah, con su pelo enmarañado y sus pies llenos de polvo: si se lo designa a la vanguardia, está satisfecho con su puesto; y si se lo designa a la retaguardia, acepta su puesto. (Es tan humilde y simple que) si pide permiso no se le concede, y si intercede por alguien no se acepta su intercesión”. [Bujari]
Una de las consecuencias de ser tentado por la vida mundana es no preocuparse de dónde viene su sustento; de esta manera, por procurarse de bienes, lujos u otras cosas, a la persona no le importa qué deba hacer, y muchas veces cae en pecado, y lo peor es que peca una y otra vez, a sabiendas de que es haram, con tal de conseguir el sustento. Otra consecuencia es que la persona amanece como creyente y anochece como incrédulo, o le llega la noche como creyente y en la mañana será incrédulo, cambiando constantemente, y algunos hasta volviéndose hipócritas que simulan creer para poder mantener negocios.
Le dijo el Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, a ‘Abdul-lah ibn ‘Omar, que Al-lah esté complacido con él: “Sé en esta vida como un extranjero, un viajero de paso”. Lo citó At-Tirmidhi e Ibn Maya.
Deben saber que nadie muere hasta que se le otorga toda su dotación. Así que teman a Al-lah y esfuércense en la procura del sustento. El Mensajero de Al-lah, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, dijo: “No piensen que el sustento se les está atrasando, pues ningún ser humano muere hasta que le llega lo último del sustento que se le ha designado. Esfuércense en procura de lo lícito y eviten lo ilícito”. [Ibn Hibban]
Deben saber también, que adquirir bienes de forma ilícita y pecaminosa provoca la ira de Al-lah sobre el ser humano; pues Al-lah es puro y no acepta sino lo puro. Quien adquiere los bienes de forma ilícita, y se alimenta de esta riqueza y se viste con ella, está lejos de Al-lah, Quien dijo en la Sura “La Vaca”: {Al-lah hará que todo lo que provenga de la usura no tenga ninguna bendición, pero sí, en cambio, incrementará la riqueza de quienes hagan caridades.} [Corán 2:276], y dijo: {Todo lo que deis esperando ser retribuidos por los hombres con algo mejor, no será recompensado por Al-lah. En cambio, aquellos que den en caridad anhelando complacer a Al-lah serán quienes obtengan una doble recompensa.} [Corán 30:39]
Una de las bendiciones de tener bienes lícitamente adquiridos es que, cuando se da parte de ellos en caridad, Al-lah se los acepta y se los aumenta. Abu Huraira, que Al-lah esté complacido con él, relató que el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Si alguien da una limosna equivalente a una semilla de dátil de dinero bien ganado –pues Al-lah sólo acepta lo bueno–, Al-lah la toma con Su diestra y la cría como quien cría un pollito, hasta que es tan grande como una montaña [su recompensa]”. [Al Bujari, At-Timidhi e Ibn Mayah]
La Taqwa (el temor reverencial a Al-lah) es uno de los principales motivos para que se abran las puertas de la bendición y la misericordia, y aumenta la llegada de más sustento y gracias de Al-lah: {Y si los habitantes de las ciudades [a las que les enviamos Nuestros Mensajeros] hubiesen creído y no hubiesen persistido en su incredulidad, habríamos abierto para ellos las bendiciones del cielo [las lluvias] y de la tierra [los cultivos y frutos].} [Corán 7:66] La Taqwa en sí es el mejor de los bienes. Y quien teme a Al-lah, Al-lah le concede tranquilidad ante la preocupación y una salida ante todo aprieto y lo sustenta de donde no se imagina: la tierra no es estrecha para el ser humano que teme a Al-lah, ni faltará el sustento ni la provisión a quien teme a Al-lah.
¡Siervos de Al-lah!
Otro de los motivos de la llegada de bendiciones y sustento es la plegaria y el refugio en Al-lah. Así pues, si sientes que te falta el sustento y aumentan tus preocupaciones y tus deudas, pues debes tocar la puerta de quien no decepciona a quien Lo busca, y pídele a Al-lah, el Generoso y Dadivoso. A nadie que Lo busca decepciona, ni a quien Le ruega deja de lado.
Por último, hermanos y hermanas, aléjense de lo dudoso y confuso, porque puede ser que caigan en lo prohibido y cometan un grave pecado. Si uno trabaja o hace un negocio con una persona sobre la que duda la procedencia de su dinero, no puede hacerse el de la vista gorda tratando de engañase a sí mismo y pensando que no hay problema, que si el patrón o socio han robado, contrabandeado o incurrido en tráfico de sustancias ilegales no es su problema y que, por lo tanto, el dinero producto de este trabajo o negocio es legal… lo Halal es claro y lo Haram también, así que no traten de acallar su conciencia con excusas sin base o cambiar la verdad a su conveniencia.
Pidan bendiciones por el Profeta Muhammad, tal como Al-lah se los ordena: {Ciertamente Al-lah y Sus Ángeles bendicen al Profeta. ¡Oh, creyentes! Pidan bendiciones y paz por él.} [Corán 33:56]
¡Oh Al-lah! Danos contento con Tus cosas lícitas, así sean pocas, sobre Tus cosas prohibidas. Danos contento en Tu obediencia por sobre Tu desobediencia, y en Tu gracia por sobre otros. ¡Oh Al-lah! No hagas de la vida terrena nuestro principal interés, ni el límite de nuestros conocimientos ni nos destines al fuego. Te pedimos, Al-lah, enriquecernos con la piedad y estar a salvo de todo pecado.
Oh Señor, has que me sea suficiente lo que concediste lícito para que no necesite lo que has prohibido, y enriquéceme con Tu favor para que no tenga necesidad de otros.
Oh Señor me refugio en Ti de las preocupaciones y tristezas, de la debilidad y la vagancia, de la avaricia y la cobardía, del peso de las deudas y de ser dominado por los hombres.