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Advertencia contra las faltas al hablar


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Resumen del tema
Una de las gracias de Allah a su siervo es la lengua, y éste tiene que cuidarla mucho, evitando decir lo que enfada a Allah y seguir diciendo lo que Le satisface. El Profeta – la paz y las bendiciones sean con él – cuidó muchísimo de este asunto considerando que se debe cuidar lo que dice la lengua como el ángel del bueno; enseñando esto a su familia. De las cosas que provocan que las personas entren al Fuego son los deslices de las lenguas. Así que mucho cuidado.

Primer Jutba

Alabado sea Al-lah, Señor del Universo. Le glorificamos, Le pedimos perdón por nuestros pecados y a Él nos encomendamos. Nos refugiamos en Al-lah del mal que existe en nuestras propias almas y de los perjuicios de nuestras malas acciones. A quien Al-lah guía nadie puede desviar, y a quien extravía nadie puede guiar. Atestiguamos que nada ni nadie merece adoración sino Al-lah, Único, Quien no tiene copartícipe alguno. Atestiguamos que Muhammad es Su siervo y Mensajero. Alabado sea Al-lah quien creó la lengua del ser humano, alabado sea Aquél que nos enseñó el correcto uso de las palabras y nos advirtió contra las faltas al hablar.

Hoy hablaremos de un asunto que inicialmente parece no tener gravedad, pero cuyas consecuencias pueden llegar a ser determinantes en nuestras vidas tanto materiales como espirituales. Se trata de las cosas que decimos y la responsabilidad que tenemos sobre todo lo que hablamos.

Debemos saber que el conocimiento de Al-lah cubre todo lo existente. Dice el Corán: {Mi Señor abarca todo en Su conocimiento. ¿Es que no recapacitáis?} [Corán 6:80] Su sabiduría cubre toda la existencia y no se le escapa ningún dato de las cosas que suceden en los cielos ni en la tierra. Al-lah dijo: {A tu Señor no se Le escapa nada en la tierra ni en el cielo, ni siquiera algo del tamaño de un átomo. Y no existe nada menor o mayor aún que no esté registrado en un libro claro.} [Corán 10:61]

Por este mismo motivo debemos cuidarnos mucho para no incurrir en falta alguna contra Sus mandamientos.

La lengua es un órgano que fue creado como una bendición y una gracia para nosotros. Con ella podemos degustar los alimentos y, sobre todo, es de vital importancia para la articulación de sonidos que derivan en palabras y frases que conforman nuestros distintos idiomas, y sirven como vehículos para expresar nuestras ideas y sentimientos. Al-lah dijo: {Le hemos dotado de dos ojos, de una lengua y dos labios, y le aclaramos los dos senderos [el del bien y el del mal].} [Corán 90:9] La lengua es, pues, la expresión de nuestros modales y educación, y la señal que indica nuestro juicio y buen raciocinio. Sin embargo, mucha gente ha caído víctima de la torpeza o apresuramiento de sus lenguas, y con toda justicia se dice que: “La cosecha de la lengua es lo que lanza a muchos en el Infierno”.

El siervo de Al-lah que siempre está consciente de su Señor debe controlar su lengua y no dejarla suelta sin ninguna restricción, pues Al-lah nos ordenó mantenerla a raya en toda situación y estado. Al-lah nos prohibió todo lo que sea opuesto al control de nuestras bocas. Por esto mismo Al-lah nos prohibió la calumnia. Al-lah dijo: {…y no os espiéis, ni habléis mal del ausente, pues ello es tan repulsivo como comer la carne de un hermano muerto ¿Acaso alguno de vosotros desearía hacerlo? Por supuesto que os repugnaría.} [Corán 49:12]

Abu Barzah Al Aslami, que Al-lah esté complacido con él, dijo: “El Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: ‘Vosotros los que habéis entrado en la fe de boca y no ha entrado la fe en vuestros corazones, no calumniéis a los musulmanes ni andéis procurando los detalles de su intimidad, pues Al-lah procurará vuestra intimidad, y a quien Al-lah le procura su intimidad será alcanzado por el escándalo en su propia casa’”. [Abu Dawud]

También nos prohibió el chisme, tal y como lo cita Ibn ‘Abbas en un hadiz donde el Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, pasó cerca de dos tumbas y dijo, refiriéndose a los difuntos en ellas: “Ciertamente que están siendo castigados y no es por un pecado mayor. El primero no se cuidaba de ensuciarse con su orina, y el segundo andaba esparciendo chismes”. [Bujari y Muslim]

En un hadiz de Abu Sa’id Al Judri, que Al-lah esté complacido con él, el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, anuncia que el principal motivo por el que las mujeres entrarán al Infierno será: “El maldecir a los demás y renegar del buen trato”. [Bujari]

Al Bujari, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, también cita un hadiz de Abu Hurairah, que Al-lah esté complacido con él, donde el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “En verdad que algunos seres humanos dicen algunas palabras a las que no les dan importancia y provocan la ira de Al-lah, entonces éstas lo lanzan dentro del Infierno”. Así también, por su parte, las buenas palabras, elevan al ser humano en grado ante Al-lah y en el Paraíso.

La preocupación del Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, por este asunto fue inmensa, hasta el punto de que él consideró que controlar la lengua es una de las llaves de toda bienaventuranza en el hadiz de Mu’adh Ibn Yabal, cuando mencionó: “La clave de todo está en controlar esto”, y apuntó a la lengua. Mu’adh dijo: “¡Profeta de Al-lah! ¿Acaso seremos castigados por lo que decimos?” Y él Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, le respondió: “¡Mu’adh! ¿Acaso no son lanzadas las personas al Infierno de cara por la cosecha de sus lenguas (sus palabras)?”. Lo cita Al Musnad y otros textos con una cadena (Sanad) de transmisión Auténtica (Sahih).

Solía exigir a sus esposas que se comprometieran a cuidar de sus lenguas y las purificaba de caer en la falta de hablar cosas que no complacen a Al-lah. ‘Ai’shah, que Al-lah esté complacido con ella, relató que había dicho algo inapropiado y el Profeta le llamó la atención diciéndole: “Has pronunciado una palabra que si se mezclase con el mar lo teñiría todo”. [At-Tirmidhi]

¿Y qué de ser parlanchín? Se trata de hablar mucho de cosas que en sí no benefician, pero sí pueden dañar si se suscitan en forma exagerada. Un hombre pronunció un discurso frente a Omar, que Al-lah esté complacido con él, y lo extendió exageradamente. Omar, que Al-lah esté complacido con él, dijo: “Hablar profusamente en el discurso es algo de Satán”.

¡Hermano! Debes ocupar tu boca en la mención y Dhikr de Al-lah; en prescribir el bien y otras cosas buenas y benditas que te beneficien ante Al-lah, y condenar el mal. El Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Una muestra del buen Islam que alguien profesa está en el hecho de que evite meterse en lo que no le incumbe”. [At-Tirmidhi]

Ocuparse de parlotear sobre las intimidades y honra de los musulmanes es una señal de hipocresía y se debe evitar. Wazilah Ibn Al Asqa’, que Al-lah esté complacido con él, nos relata que el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “El musulmán debe respetar la integridad física, la honra y los bienes de su hermano musulmán. El musulmán es hermano del musulmán, no lo oprime ni lo traiciona. At-Taqwa está, pues, aquí”, y apuntó con su mano al corazón. [Ahmad]

La grosería y el lenguaje obsceno son algo muy frecuente ya en la sociedad islámica de hoy en día, y esto se deba, tal vez, a la campaña de malas costumbres y rudeza a la que nos someten algunos medios de comunicación. Abu Ad-Darda’, que Al-lah esté complacido con él, relató que el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Lo que más pesa en la balanza de obras del creyente en el Día de la Resurrección son los buenos modales, y lo que Al-lah detesta es lo grosero y obsceno”. [At-Tirmidhi e Ibn Hibbán en su Sahih]

Respecto a lo que se dice descontroladamente por la desesperación ante las desgracias, es algo que se hacía exageradamente en la Yahilía (época anterior al Islam) y Al-lah nos lo prohibió. Al-lah nos mandó ser pacientes ante las desgracias y nos prometió por ello una gran recompensa.

Zabit relató que oyó a Anas, que Al-lah esté complacido con ambos, decir a un familiar: “¿Conoces a fulana? Una vez, el Profeta pasó cerca de ella mientras ella lloraba desconsoladamente ante una tumba. Él, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, le dijo: ‘Teme a Al-lah y ten paciencia’, y ella le dijo: ‘¡Déjame en paz! ¡A ti no te preocupa mi desgracia!’ Ella no había reconocido al Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él. Luego se le dijo: ‘¡Ese era el Mensajero!’ Y ella sintió que se moría. Luego fue a tocar la puerta del Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, pues él no tenía portero. Le dijo: ‘¡Mensajero de Al-lah! No te reconocí’. Y él le dijo: ‘Ciertamente que la paciencia debe ser ante el primer golpe de la desgracia’”. [Ahmad, Bujari y Muslim]

Ahora, en lo que respecta a la mentira y su difusión entre los musulmanes, es algo ilícito y un pecado mayor. El Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Cuidaos de la mentira, pues la mentira lleva a la corrupción y la corrupción lleva al fuego. La persona miente (sin preocuparse) hasta que se lo registra como mentiroso ante Al-lah”. [Bujari]

Ibn Mas’ud, que Al-lah esté complacido con él, también cita al Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, diciendo: “No es correcto mentir, ni en serio ni en broma. Y no es correcto prometerle algo a tu hijo y no cumplirle luego”.

Y Al-lah ordenó a los creyentes cuidarse de los mentirosos en la siguiente aleya del Corán: {¡Oh, creyentes! Si se os presenta alguien corrupto con alguna noticia, corroborad su veracidad, no sea que perjudiquéis a alguien por ignorancia, y luego [de haber comprobado que era una noticia falsa] os arrepintáis por la medida que hubiereis tomado.} [Corán 49:6]

Le pido a Dios perdón por nuestras faltas. Háganlo ustedes también.

Segunda Jutbah

Las fuentes del Islam indican que Al-lah ha enviado ángeles que registran todo lo que hace la gente. Los ángeles registran todos nuestros actos, buenos o malos y, por supuesto, nuestras palabras. Al-lah dijo: {Envía a vosotros ángeles custodios.} [Corán 6:61], y dijo también: {Sabed que hay ángeles que registran vuestras obras, nobles escribas.} [Corán 82:10]; y agregó: {¿Piensan que no escuchamos sus secretos y murmuraciones? Claro que sí; y Nuestros [ángeles] enviados, registran sus acciones.} [Corán 43:80]

También se cita en ambos Sahih, que Abu Hurairah, que Al-lah esté complacido con él, relató que el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Vienen a vosotros ángeles todo el tiempo. Unos de noche y otros de día. Estos se encuentran en los rezos del Fayer y del ‘Aser. Entonces ascienden los que habían estado con nosotros y vuestro Señor les Pregunta ¿Cómo habéis dejado a mis siervos? Y ellos Le dicen: llegamos a ellos y los encontramos rezando y los dejamos también rezando”. Dijo el autor de Al Kashaf: “Puede que alguien diga que Al-lah no necesita el registro de los ángeles ya que Él lo sabe todo y, por lo tanto, ¿cuál es el beneficio de que escriban tondo? Pues te digo: en ello hay una gentileza de Al-lah para con Sus siervos; pues si ellos saben que aparte de la vigilancia de Al-lah, los ángeles, que son Sus criaturas más honradas, están encargados de registrar sus obras en hojas que luego serán exhibidas ante los testigos, pues eso les animará a ser más rectos y alejarse de lo abominable y lo maligno”.

El respeto y el autocontrol al hablar es la clave para salir de los apuros mencionados y es, además, una manera de salvaguardar las obras, de lograr el perdón de los pecados y de lograr el éxito por la complacencia de Al-lah.

Por esto mismo es que Al-lah dijo: {¡Oh, creyentes! Temed a Al-lah, y hablad sólo con fundamento. Él hará prosperar vuestras obras y os perdonará vuestros pecados. Sabed que quien obedece a Al-lah y a Su Mensajero obtendrá un triunfo grandioso.} [Corán 33:70] Aquí hace clara referencia a las palabras veraces que coinciden con la realidad y aciertan en ella como las flechas dan en un blanco: {…hablad sólo con fundamento…}. Y esta aleya incluye también las cosas que son obligatorias de decir y las que aportan cualquier beneficio en la otra vida, como iniciar el saludo a la gente o expresarle al hermano creyente nuestro amor por él.

El habla es una gran puerta para el bien y también es una gran puerta para el mal. El Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “¿Acaso no son lanzadas las personas al Infierno de cara por la cosecha de sus lenguas (sus palabras)?”, y dijo también: “Aquél que cree en Al-lah y en el Día Final que hable para bien o que calle”. Hablar para bien incluye transmitir el conocimiento útil que nos aportaron los distintos Mensajeros, sabios y científicos de la antigüedad y el presente. También, incluye transmitir la guía que se encomendó a los Profetas y nos ha llegado a través de los eruditos. Así pues, quien recita aleyas del Corán a la gente está hablando para bien, y quien transmite hadices del Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, a la gente está también hablando para bien.

El Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Al-lah Será tolerante con una persona que haya oído mis palabras, las haya registrado y luego las haya transmitido tal como las oyó”. Lo mismo se aplica a transmitir las palabras de los Sahabas, la gente sabia en general y los eruditos del Fiqh. Dentro de estas palabras beneficiosas está también la alabanza a Al-lah, como en el Tasbih por ejemplo, y la pronunciación del Adhan y la Iqamah, pues Al-lah Dice: {Hacia Él ascienden las buenas palabras [y las glorificaciones].} [Corán 35:10] En fin, el hablar para bien incluye toda difusión de las virtudes y la verdad entre la gente para que deseen practicarlas.

La maledicencia, en cambio, incluye toda difusión de rumores y falsedades, hasta ideológicas, de modo que la gente se engañe con ellas y las asuman como buen proceder.

En otras palabras, hablar para bien engloba todo lo que sea prescribir el bien y prohibir el mal. Y ya que la fe y las palabras de bien inciden en el aumento de la rectitud y la buena recompensa para la gente, Al-lah Recompensará a su poseedor con la validación de sus obras y el perdón de sus pecados.

Es justa la validación de las obras de quien habla para bien, pues eso conlleva a que la gente lo siga e imite, y se extienda la virtud y el buen obrar entre los seres humanos para la complacencia de Al-lah.

Pidan bendiciones por el Profeta Muhammad, tal como Dios se los ordena: {Ciertamente Al-lah y Sus Ángeles bendicen al Profeta. ¡Oh, creyentes! Pidan bendiciones y paz por él.} [Corán 33:56]

¡Oh Al-lah! Me refugio en Ti de desviarme o ser desviado, de equivocarme o de que me precipite en el error, de oprimir y ser oprimido, de ser ignorante o que sean ignorantes conmigo.

¡Oh Al-lah! Tú eres el Soberano, no existe dios excepto Tú. Tú eres mi Señor y yo soy Tu siervo. He sido injusto con mi alma, reconozco mis pecados, perdona todas mis culpas y mis faltas, porque nadie perdona los pecados sino Tú. Guíame hacia los mejores modales, nadie guía a ellos sino Tú. Aleja de mí las malas obras, no las aleja nadie sino Tú.

¡Oh Al-lah! Perdóname tanto los pecados que cometí como lo que dejé de hacer, y aquellos que haya cometido en secreto y públicamente, y lo que haya malgastado, como también de aquellas cosas que Tú bien sabes de mí.