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El arrepentimiento de los pecados


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Resumen del tema
¿Qué sería de un vestido si se le acumulan las suciedades quedándose mucho tiempo sin lavarse? Así son los corazones cuando tienen pecados acumulados y les falta pedir perdón y arrepentirse. Entonces, ¿qué sería de este corazón? Ningún creyente carece de pecados, y no está condicionado a que sea infalible, sino que siempre se arrepienta y que sea piadoso. Un corazón que peca y no se arrepiente es igual al vestido que se ensucia y no se lava, así que quien quiere purificar su corazón, que se arrepienta, que pida perdón y que vuelva al Misericordioso Perdonador.

Primer Jutba

Alabado sea Al-lah, Quien colma de bendiciones a Sus siervos y aparta de ellos muchas de las desgracias por Su misericordia. Lo alabamos como corresponde a la majestuosidad de Su rostro y la grandiosidad de Su poderío. Atestiguo que nada ni nadie merece adoración sino Al-lah, Único, sin asociados. Sus promesas son inalterables, cuando Él decide algo nadie lo puede impedir, y Él es rápido en ajustar cuentas. Alabado sea Al-lah, Quien tiene abiertas las puertas del perdón todo el tiempo para aceptar el arrepentimiento de quien quiere enmendar sus faltas con sinceridad. Atestiguo que Muhammad es Su siervo y Mensajero; el líder de los creyentes, el ejemplo de los justos y el mejor de los educadores. ¡Al-lah! Bendice a Muhammad, a su familia, a sus compañeros y a todos los que sigan su guía hasta el Día del Juicio Final.

¡Hermanos! Sepan que el propósito del ser humano es adorar a Al-lah y por esta razón fuimos creados. Cuando cometemos faltas es porque no estamos cumpliendo con nuestra función, y el perjuicio se vuelve sobre uno mismo; los pecados, por más numerosos que sean, no perjudican a Al-lah como tampoco los actos de obediencia lo benefician.

Los pecados son como una suciedad, el Mensajero, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, los denominó como una inmundicia; y si bien no vemos esta suciedad ni sentimos su feo olor, podemos ver el efecto de los pecados en el corazón. Dijo el Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él: “Cuando la persona comete una falta se le pone un punto negro en el corazón; si se arrepiente de lo que cometió, se purifica. Pero si persiste en la falta, su corazón se va oscureciendo cada vez más”.

Todos los seres humanos cometemos pecados, pero la diferencia está en que algunos nos arrepentimos rápidamente y pedimos perdón, mientras que otros, además de no arrepentirse, reinciden en el pecado y cometen otros.

Hermanos y hermanas, la puerta para pedir perdón está abierta para que se purifiquen los corazones. Al-lah nos exhorta a arrepentirnos y a pedirle perdón, dijo en el Corán, en la Sura “Los Tropeles”: {Diles [¡Oh, Muhammad!, a quienes transmitan Mi Mensaje, que Yo digo]: ¡Oh, siervos Míos! Vosotros que os habéis excedido [cometiendo pecados] en detrimento propio, no desesperéis de la misericordia de Al-lah; por cierto que Al-lah puede perdonar todos los pecados, porque Él es Absolvedor, Misericordioso.} [Corán 39:53]

Ciertamente que en los cielos está Al-lah que es perdonador e indulgente; estos son dos grandes nombres y atributos de Al-lah, que comprenden el perdón y la aceptación del arrepentimiento. Al-lah acepta el arrepentimiento de Su siervo y perdona sus faltas, dice en la Sura “El Relato”, refiriéndose a Moisés, que en una oportunidad había matado a una persona sin querer: {Dijo: ¡Señor mío! He sido injusto conmigo mismo, perdóname. Y [Al-lah] lo perdonó, porque ciertamente Él es Absolvedor, Misericordioso.} [Corán 28:16]

Esta noble aleya indica que sólo Él puede aceptar el arrepentimiento y perdonar las faltas; dice en el Sagrado Corán: {Sabed que Al-lah acepta el arrepentimiento [sincero] de Sus siervos y sus caridades [y les multiplica su recompensa por ellas]. Él es Indulgente, Misericordioso.} [Corán 9:104] Y dice en la Sura “La Prohibición”: {¡Creyentes! Arrepentíos ante Al-lah verdaderamente, así vuestro Señor expiará vuestras faltas…} [Corán 66:8] Dice también en la Sura “La Familia de Imram”: {…sepan que sólo Al-lah perdona los pecados.} [Corán 3:135]

Al Agar Bin Iasar Al Muzani, que Al-lah esté complacido con él, relató que el Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, dijo: “¡Gente! Arrepentíos ante Al-lah y pedidle perdón, por cierto que yo me arrepiento en el día cien veces”. [Muslim]

El arrepentimiento de todos los pecados es un deber para el creyente, los sabios opinan que si la persona se arrepiente de algunos pecados está bien y su arrepentimiento es correcto, pero siguen pesando sobre su cuello las faltas por las cuales no se ha arrepentido.

Algunos no se arrepienten de todas sus faltas, sino que clasifican los pecados, por ejemplo dicen: “¿En qué me perjudica mirar cosas prohibidas en revistas o películas? Yo no hago nada”, entonces no se arrepienten de estas cosas pero sí de otras. Esta actitud da pie para que los creyentes piensen que pueden elegir los pecados de los cuales arrepentirse, y debemos saber que no es así. Ibn Mas’ud, que Al-lah esté complacido con él, dijo: “El creyente considera sus pecados como quien, sentado al pie de una montaña, teme que ésta caiga sobre él, aplastándolo. En cambio, el desvergonzado considera sus pecados como insectos que se posan sobre su nariz, gesticulando con sus manos para espantarlos”.

Los pecados, hermanos y hermanas, son faltas de las cuales debemos arrepentirnos. Anas, que Al-lah esté complacido con él, dijo a la gente: “Ustedes cometen actos que les parecen insignificantes, de la talla de un cabello. Nosotros, en época del Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, esos mismos actos los considerábamos peligrosos”.

Por esta razón, debemos comprender el dicho del Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, que dijo: “Eviten ignorar los pecados, pues ellos se acumularán sobre el hombre hasta destruirlo”.

Los eruditos han mencionado que los pecados nos inducen a perder el temor a Al-lah, conllevando así a pecar cada vez más con la excusa de que son pecados “menores”. Por esta razón es que el arrepentimiento de las faltas debe ser sincero e ir acompañado de ciertas condiciones para que sea un acto de sinceridad:

Primero: dejar de cometer el pecado en forma inmediata e intentar a toda costa no hacerlo de nuevo.

Segundo: lamentarse por lo sucedido y devolver los derechos a los damnificados o pedir ser disculpado por ellos.

Una de las señales que muestran que este acto ha sido verdadero es que la persona puede autocontrolarse y así respetar los límites de Al-lah. Dijo el Imam Al Haramain, que Al-lah lo tenga en Su misericordia: “Este autocontrol es un deber y está fuera del arrepentimiento, por que el arrepentido, cuando se lamenta y pone la intención de no volver al pecado, su arrepentimiento es correcto ante Al-lah. Su defensa es autocontrolarse ante el pecado”.

Algunos arrepentidos en la actualidad, que Al-lah los guie, persisten en la falta, quieren retractarse pero los vence las falsas esperanzas, esto es justamente sentirse a salvo del castigo de Al-lah y sólo piensan así los perdedores; dijo Al-lah, el Altísimo: {¿Es que se sentían a salvo del designio de Al-lah? Pero sólo se sienten a salvo del designio de Al-lah los perdedores que no creen.} [Corán 7:99]

Le pido a Dios perdón por nuestras faltas. Háganlo ustedes también.

Segundo Jutba

Queridos hermanos y hermanas, Al-lah es tan Magnifico y Bondadoso que nos ha concedido un plazo para arrepentirnos antes de que los ángeles escribas registren el pecado, dijo el Mensajero de Al-lah, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam: “Por cierto que el ángel de la izquierda empuña el cálamo (no escribiendo por el lapso de seis horas) para registrar las faltas cometidas por Su siervo. Si este se arrepiente y pide perdón a Al-lah por ello, no le será registrada. Si así no lo hiciere, le será registrada solamente una mala acción”.

También, debemos saber que nuestro arrepentimiento debe ser sincero y a tiempo, no es válido arrepentirse cuando ya sentimos cerca al ángel de la muerte; el Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Por cierto que Al-lah acepta el arrepentimiento de la persona antes de que su espíritu llegue a su cuello”. Esto indica que el arrepentimiento tiene que ser antes de que los ángeles vengan a recoger el espíritu en la hora de la muerte o antes del Día del Juicio. Abu Huraira, que Al-lah esté complacido con él, relató que el Mensajero de Al-lah, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, dijo: “No llegará la Hora hasta que el sol salga por el occidente; cuando esto suceda, todos creerán y es ahí cuando de nada le valdrá a la persona su fe”.

Algunos esperan “pruebas” para arrepentirse, es posible que alguien diga: “Deseo arrepentirme pero, ¿quién me garantiza el perdón de Al-lah?” “Deseo seguir el sendero recto pero me invade la duda”. “Si supiese que Al-lah me perdonaría, entonces me arrepentiría”.

Hermanos y hermanas, este sentimiento también lo tuvieron otros: los Sahaba, los compañeros del Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él. Reflexionemos sobre las siguientes historias para disipar las dudas. Que Al-lah así lo quiera.

Narró el Imam Muslim la historia de ‘Amer Ibn Al-As, que Al-lah esté complacido con él, y como éste abrazó el Islam: “Cuando Al-lah puso el Islam en mi corazón fui hasta el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, y le dije: ‘Dame tu diestra para jurarte fidelidad’, así lo hizo; luego tomó mis manos y dijo: ‘¿Qué deseas Amer?’, le expresé mi deseo de poner ciertas condiciones. Dijo: ‘¿Qué condición requieres?’, le dije: ‘Que me fuesen perdonas mis faltas pasadas’. Dijo: ‘¿Acaso no sabes que abrazar el Islam borra lo anterior, que la hégira borra lo anterior a ella, y que la peregrinación (Hayy) borra también lo anterior a ella?’”

La segunda historia registrada por el Imam Muslim, de Ibn ‘Abbas, que Al-lah esté complacido con él, dice que algunos de los idólatras cometieron adulterio y asesinatos. Luego, se presentaron ante el Mensajero de Al-lah, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, y dijeron: “Por cierto que lo que predicas es bueno. ¡Queremos saber! ¿Lo obrado por nosotros tiene perdón?”; entonces, fue revelado por Al-lah, Enaltecido sea: {Salvo quienes se arrepientan, crean, y obren correctamente. A éstos, Al-lah les perdonará sus pecados y en su lugar les registrará buenas obras; y Al-lah es Absolvedor, Misericordioso.} [Corán 25:70]

De esta manera, podemos estar seguros de que Al-lah siempre nos escucha y perdona nuestras faltas; aun así hay personas que siguen dudando del perdón de Dios. Hay diferentes causas para esta actitud, la primera es suponer que las faltas cometidas superarán el perdón de Al-lah, esto se genera ante una falta de convicción y confianza en la misericordia del Todopoderoso; para evitar esto debemos considerar lo dicho en la Sura “El Muro Divisorio”: {…Mi Misericordia abarca todas las cosas.} [Corán 7:156]

Otra posible causa para dudar acerca del perdón de Dios es la falta de fe en Su poder y de que Él es capaz de perdonar todos los pecados, para esto es suficiente considerar el hadiz Qudsi: “Dice el Altísimo: A quien crea que tengo el poder de perdonar los pecados, le concedo Mi perdón, y no los tendré en cuenta, siempre que no cometa idolatría”.

En ocasiones también el creyente pierde la esperanza de que sean perdonadas sus faltas, como respuesta está este hadiz Qudsi: “¡Oh, hijo de Adán! Cuando tú Me implores con esperanza te perdonaré lo que hayas hecho y no lo tendré en cuenta. ¡Oh, hijo de Adán! Si tus pecados alcanzaren el cielo y luego me pidieras perdón, te perdonaré y no lo tendré en cuenta. ¡Oh, hijo de Adán! Si vinieses (el día del juicio) con faltas de la dimensión de la tierra, y te encontrases Conmigo monoteísta, te concederé un perdón de la misma dimensión”.

Posiblemente alguien diga: “Quiero arrepentirme, pero mis pecados son demasiados, no dejé obscenidad sin cometer ni falta sin hacer, a tal punto que no sé si es posible que Al-lah me perdone lo cometido en estos largos años”. Podemos encontrar la respuesta a esto en el sagrado Corán, en la Sura “El Criterio” Dios dice: {Y a quien se arrepienta y obre correctamente, Al-lah aceptará su arrepentimiento.} [Corán 25:71]

Te decimos, hermano, que este no es un problema particular, muchas personas sienten que sus pecados son demasiados y algunos imperdonables, pero no es así. Todos podemos ser perdonados siempre y cuando nos arrepintamos de corazón y sinceramente. El principio que seguimos los musulmanes es retornar al Corán y a la Sunna cuando se requiere algún veredicto, solución y remedio. Cuando consultamos el Libro, encontramos la palabra de Al-lah, Todopoderoso, en la Sura “Los Tropeles”: {Diles [¡Oh, Muhammad!, a quienes transmitan Mi Mensaje, que Yo digo]: ¡Oh, siervos Míos! Vosotros que os habéis excedido [cometiendo pecados] en detrimento propio, no desesperéis de la misericordia de Al-lah; por cierto que Al-lah puede perdonar todos los pecados, porque Él es Absolvedor, Misericordioso.} [Corán 39:53]

Esta es una respuesta clara y precisa para el problema mencionado.

Por último, para todo aquel que crea difícil que Al-lah perdone sus numerosos pecados, citamos el siguiente hadiz:

Abu Said Al-Judri, que Al-lah Esté complacido con él, mencionó, que el Profeta de Al-lah, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, en una ocasión dijo: “Entre quienes os precedieron, había un hombre que mató a noventa y nueve personas. Preguntó por el más devoto de la tierra y le indicaron a un monje, ante quien se presentó. Le contó que había matado a noventa y nueve personas, y le preguntó si tendría alguna manera de que fuese aceptado su arrepentimiento. El monje fue terminante y respondió negativamente; al escuchar esto, mató también al monje, completando así las cien personas. Luego, preguntó por el más sabio de la tierra. Lo condujeron hasta un hombre sabio a quien contó que había matado a cien personas, y le preguntó si tendría alguna forma de arrepentirse; le respondió este hombre: ‘¡Sí!’ Y expresó: ‘Nadie puede interponerse entre tú y el arrepentimiento’. Pero le indicó un lugar y dijo: ‘Dirígete allí, porque hay personas que adoran a Al-lah, Enaltecido sea; adóralo con ellos y no regreses a tu tierra, pues allí te corromperías’. Se marchó, pero al llegar a mitad del camino lo sorprendió la muerte. Discutieron sobre él los ángeles de la misericordia y los del castigo. Dijeron los ángeles de la misericordia: ‘Marchaba arrepentido, con fe en su corazón’; pero los ángeles del castigo dijeron: ‘El no obró bien jamás’. Se sumó a ellos otro ángel, con figura humana, a quien designaron como árbitro, quien les dijo: ‘Midan la distancia entre los dos puntos (la tierra donde partió y la tierra de su destino), y el más próximo de esos puntos a este lugar (donde había muerto) será del ángel que le corresponda. Así lo hicieron, encontrando que estaba más próximo a la tierra que se dirigía; entonces, fue llevado por los ángeles de la misericordia”. [Bujari y Muslim]

Este es un bello hadiz que nos demuestra la gran misericordia de Al-lah para con los creyentes. Hermanos y hermanas, arrepintámonos de nuestras faltas de corazón para entrar en la gracia de Dios.

Pidan bendiciones por el Profeta Muhammad, tal como Dios se los ordena: {Ciertamente Al-lah y Sus Ángeles bendicen al Profeta. ¡Oh, creyentes! Pidan bendiciones y paz por él.} [Corán 33:56]

¡Oh Al-lah! Me refugio en Ti de desviarme o ser desviado, de equivocarme o de que me precipite en el error, de oprimir y ser oprimido, de ser ignorante o que sean ignorantes conmigo.

¡Oh Al-lah! Tú eres el Soberano, no existe dios excepto Tú. Tú eres mi Señor y yo soy Tu siervo. He sido injusto con mi alma, reconozco mis pecados, perdona todas mis culpas y mis faltas, porque nadie perdona los pecados sino Tú. Guíame hacia los mejores modales, nadie guía a ellos sino Tú. Aleja de mí las malas obras, no las aleja nadie sino Tú.

¡Oh Al-lah! Perdóname tanto los pecados que cometí como lo que dejé de hacer, y aquellos que haya cometido en secreto y públicamente, y lo que haya malgastado, como también aquellas cosas que Tú bien sabes de mí.