islamkingdomfacebook islamkingdomtwitte islamkingdomyoutube


Obligatoriedad de seguir la Sunna del Profeta


9084
Resumen del tema
¿Quién de nosotros no ama al Profeta, la paz y las bendiciones sean con él? Nadie, ciertamente. Pero la pregunta es, ¿alguien de nosotros lo hace verdaderamente? Pretender amar al Profeta es algo sencillo, pero ¿cuál es la prueba de ese amor? La prueba debería ser, seguir al Profeta Mohammed y su Sunnah.
La primera

Primer Jutba

Alabado sea Al-lah, Señor del Universo. Lo glorificamos, Le pedimos perdón por nuestros pecados y a Él nos encomendamos. Nos refugiamos en Al-lah del mal que existe en nuestras propias almas y de los perjuicios de nuestras malas acciones. A quien Al-lah guía nadie puede desviar, y a quien extravía nadie puede guiar. Atestiguamos que nada ni nadie merece adoración sino Al-lah, Único, Quien no tiene copartícipe alguno. Atestiguamos que Muhammad es Su siervo y Mensajero. Alabado sea Al-lah quien envió al Profeta Muhammad como una misericordia para la humanidad, con la guía divina que nos salva del Infierno y nos introduce en el Paraíso. Alabado sea Aquél quien envió a Su mensajero para que sea obedecido y seguido.

Hermanos y hermanas, ¿quién de nosotros no ama al Profeta Muhammad, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam? ¿Quién de nosotros no añora estar junto a él en la otra vida disfrutando de la recompensa de Al-lah? Y, ¿quién de nosotros no espera que él suplique para que se nos tenga misericordia el Día del Juicio?

Sin lugar a dudas, todos suponemos que amamos al Profeta y Enviado de Al-lah, que deseamos ser sus compañeros en el Paraíso y esperamos que su súplica por nosotros sea escuchada el Día Final; sin embargo, debemos saber y ser conscientes de que para lograr este inmenso honor hay sólo una vía, un sólo camino a seguir, y este es seguir su Sunna y obedecer sus mandatos.

En el Corán, Al-lah, Altísimo y Todopoderoso, nos ordena con claridad, en más de una aleya, que debemos obedecer a Su Profeta, veamos:

{Di: ¡Obedeced a Al-lah y al Mensajero! Pero si se niegan, sepan que Al-lah no ama a los incrédulos.} [Corán 3:32]

{¡Oh, creyentes! Obedeced a Al-lah, obedeced al Mensajero y a aquellos de vosotros que tengan autoridad y conocimiento. Y si discrepáis acerca de un asunto, remitidlo al juicio de Al-lah y del Mensajero, si es que creéis en Al-lah y en el Día del Juicio, porque es lo preferible y el camino correcto.} [Corán 4:59]

{¡Oh, creyentes! Obedeced a Al-lah y a Su Mensajero, y no le desobedezcáis, siendo que sabéis que lo que él os transmite es la Verdad.} [Corán 8:20]

{Diles: Obedeced a Al-lah y obedeced a Su Mensajero. Si se rehúsan, [sepan que] el Mensajero sólo rendirá cuentas por lo que se le ha encomendado y que ellos deberán hacerlo por lo que se les ha ordenado, pero si le obedecen [al Mensajero] se encaminarán. Y por cierto que Nuestro Mensajero sólo tiene la obligación de transmitir [el Mensaje] con claridad.} [Corán 24:54]

{¡Oh, creyentes! Obedeced a Al-lah y al Mensajero, y no malogréis vuestras obras.} [Corán 47:33]

{Quien obedezca al Mensajero obedece a Al-lah. Y quien le dé la espalda, sepa que no te hemos enviado como un custodio de sus obras.} [Corán 4:80]

{Y observad la oración prescrita, pagad el Zakat, y obedeced al Mensajero, que así se os tendrá misericordia.} [Corán 24:56]

{Di: Si verdaderamente amáis a Al-lah, ¡Seguidme! Y Al-lah os amará y os perdonará los pecados. Al-lah es Absolvedor, Misericordioso.} [Corán 3:31]

{Un verdadero creyente o a una verdadera creyente no deben, cuando Al-lah y Su Mensajero hayan dictaminado un asunto, actuar en forma contraria; y sabed que quien desobedezca a Al-lah y a Su Mensajero se habrá desviado evidentemente.} [Corán 33:36]

{En cambio los creyentes, cuando se los exhorta a respetar en sus juicios las leyes que Al-lah ha revelado a Su Mensajero, dicen: ¡Escuchamos y obedecemos! Ciertamente ellos son quienes prosperarán.} [Corán 24:51]

En la Sunna el Profeta Muhammad, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, con sus propias palabras dijo al respecto:

Al ‘Urbad Ibn Sariah, que Al-lah esté complacido con él, dijo: “El Profeta Muhammad nos hizo una exhortación tan fuerte que nuestros corazones se constriñeron y las lágrimas desbordaron de los ojos. Le dijimos: ‘Parece que te estás despidiendo de nosotros, Mensajero de Al-lah; si es así, danos un consejo’. Entonces dijo: ‘Les aconsejo la Taqwa (temor reverencial a Al-lah) y a obedecer a quienes los gobiernen, así se trate de un esclavo. Por cierto que el que viva mucho de ustedes verá asuntos muy diferentes a los que vivimos hoy en día, por lo que debe aferrarse a mi Sunna y a la Sunna de los Califas rectos y bien guiados (Abu Baker, Omar, Uzman y ‘Ali). ¡Ay de ustedes y las innovaciones en los preceptos!, pues toda innovación en ello lleva a la perdición’”. [Tirmidhi, Ibn Mayah e Ibn Hibban]

Ibn ‘Abbas, que Al-lah esté complacido con él, relató que el Enviado de Al-lah, durante el Jutba que realizó en el Hayy de la despedida, dijo: “El demonio ha perdido la esperanza de que sea adorado y obedecido en esta tierra, pero tiene la esperanza que lo hagan en otras, en medio de personas que desprecian las obras que ustedes realizan; así que tengan mucho cuidado y sepan que yo he dejado entre ustedes algo que, si se aferran a ello, nunca se perderán: el Libro de Al-lah (el Corán) y la Sunna de Su Profeta”. [Al Hakim]

Abu Hurairah, que Al-lah esté complacido con él, trasmitió que el Profeta Muhammad dijo: “Toda la gente de mi nación entrará al Paraíso, menos quien no quiera”. Le preguntaron: “¿Quién es ese que no querrá?” Respondió: “Quien me obedece entrará en el Paraíso, y quien me desobedezca es el que no querrá entrar”. [Bujari]

Abu Musa, que Al-lah esté complacido con él, mencionó que el Profeta Muhammad dijo: “Mi caso y el del mensaje con el que me envió Al-lah es como el de un hombre que va ante algunas personas y les dice: ‘¡Vi al ejército (enemigo) con mis propios ojos! Yo soy una advertencia explícita para ustedes. ¡Sálvense! ¡Sálvense!’; un grupo le obedeció, se marcharon por la noche y lograron salvarse. Otro grupo lo desmintió, el ejército los sorprendió por la mañana y los destruyó. Tales son los ejemplos del que me obedece y sigue lo que he traído, y del que me desobedece y desmiente la Verdad que he traído”. [Bujari y Muslim]

Abu Rafi’, que Al-lah esté complacido con él, contó que el Profeta Muhammad dijo: “Encontrarán gente recostada en sus sillones que, cuando se les diga que yo ordené algo o lo prohibí, alegarán diciendo: ‘No sé, seguimos sólo lo que encontramos en el Libro de Al-lah, lo demás no’”. [Ahmad, Abu Dawud y Trimidhi]

Todas las referencias que hemos mencionado, tanto del Corán como de la Sunna del Profeta Muhammad y lo aplicado por sus mismos discípulos, es una prueba indiscutible de la obligatoriedad impuesta por Al-lah, el Omnisciente, y de que no debemos tener dudas o discrepancias al respecto, pues si no pasaría lo que Él nos dice: {Y obedeced a Al-lah y a Su Mensajero, y no discrepéis porque os debilitaríais y seríais derrotados. Sed pacientes y perseverantes, pues ciertamente Al-lah está con los pacientes.} [Corán 8:46] Además, obedecer al Profeta es lo mismo que obedecer a Al-lah, este es el camino que nos salva de caer en la sedición y la anarquía.

Sin lugar a duda, pensar diferente es algo de lo que ningún grupo humano puede escapar, pero en el Islam esto es positivo siempre y cuando dichas diferencias no sean opiniones personales que vayan en contra de algo establecido por Al-lah y Su Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam. Por ello, el Mensajero de Al-lah, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, nos previno diciéndonos, según lo relató ‘Abdul-lah Ibn Omar, que Al-lah esté complacido con él: “Ciertamente los hijos de Israel se dividieron en 72 grupos, y mi nación se dividirá en 73, todas ellos estarán en el fuego del Infierno menos uno”. Le preguntaron: “¿Cuál es el que se salvará?”, respondió: “El que siga lo que yo establecí y lo practicado por mis Sahabas (discípulos)”. [Tirmidhi]

Seguir la Sunna del Profeta Muhammad es equivalente a subir a la nave que construyó el Profeta Noé, a ella sólo subieron los que creyeron en el mensaje que Al-lah le había revelado a él y a los Profetas anteriores; y los que rechazaron su misión y le desmintieron fueron los que perecieron en el diluvio.

Por otra parte, seguir la Sunna significa hacerlo con conciencia y racionalidad, es decir, sabiendo que lo que el Profeta estableció es lo justo y necesario; por este motivo, no debemos ni aumentar ni disminuir y mucho menos innovar algo. En Bujari y Muslim encontramos un relato de Anas Ibn Malik en el que nos dijo: “Llegaron tres personas a las casas de las esposas del Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam; preguntaban sobre la adoración del Profeta. Cuando se les informó, fue como si les pareciera muy poco. Dijeron: ‘¿Quiénes somos comparados con el Profeta? Y eso que Al-lah le perdonó sus pecados pasados y futuros’. Uno de ellos dijo: ‘Yo rezaré durante toda la noche siempre’’. Otro dijo: ‘Yo ayunaré todos los días del año, sin romper mi ayuno’. El otro dijo: ‘yo me alejaré de las mujeres y nunca me casaré’. El Mensajero de Al-lah, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, llegó y dijo: ‘¿Ustedes son los que decían así y así? Yo, ¡por Al-lah! , soy de todos ustedes el que más teme a Al-lah y el que más se protege de Su castigo; sin embargo; ayuno y no ayuno; rezo y duermo; y me caso con mujeres. Quien rechaza mi Sunna no es de los míos’”.

Rechazar la Sunna lleva a la persona a una de dos situaciones o a ambas; la primera es caer en una grave falta, y la segunda es la incredulidad. Cuando una persona reniega de las enseñanzas del Mensajero de Al-lah, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, se convierte en un incrédulo por más que diga que cree en el Corán. Mientras que si una persona deja de cumplir con algo por negligencia o pereza, si lo dejado es obligatorio, entonces ha cometido un gran pecado del que debe arrepentirse; y si lo que se ha descuidado es algo voluntario, pues ha perdido la oportunidad de ganar recompensas extras.

Le pido a Dios perdón por nuestras faltas. Háganlo ustedes también.

La segunda

Segundo Jutba

Ibn Mas’ud, que Al-lah esté complacido con él, dijo: “El Profeta Muhammad, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, dibujó una línea en el suelo y dijo: ‘Este es el camino de Al-lah’. Luego trazó otras al lado de la primera, una larga al lado derecho y otras cortas al lado izquierdo, y dijo: ‘Este es mi camino, señalando la larga, y estas cortas son caminos en cuyas cabeceras están demonios que llaman para que los sigan’, luego recitó el versículo que dice: {Y éste es mi sendero recto, seguidlo, pues. Y no sigáis otros caminos, porque si lo hacéis, éstos os dividirán y desviarán de Su camino. Esto es lo que os ha ordenado para que Le temáis.} [Corán 6:153].

Al-lah nos hace un llamado general a todos a seguir el sendero recto y a tener paciencia para mantenernos firmes cuando las tormentas quieran apartarnos de él. Dice Al-lah: {Juro por el transcurso del tiempo, que ciertamente los hombres están perdidos, salvo aquellos que creen, obran rectamente, se aconsejan mutuamente cumplir cabalmente [con los preceptos divinos] y ser pacientes y perseverantes.} [Corán 103:1-3]

Los eruditos y especialistas de las ciencias islámicas, los ‘Ulama’, afirman que la Sunna es la guía que nos lleva a la salvación, y se basan para su argumento en aleyas como:

{¡Oh, Profeta! En verdad te hemos enviado como testigo [de las obras de tu nación], como albriciador y amonestador. Exhortas [a los hombres a creer en] Al-lah con Su anuencia, y eres como una antorcha luminosa [que guía a quienes están en las tinieblas hacia la luz de la fe].} [Corán 33:45-46]

{… y tú [¡Oh, Muhammad!] en verdad, guías al sendero recto; el sendero de Al-lah, a Quien pertenece cuanto hay en los cielos y la Tierra. ¿Acaso no retornan a Al-lah todos los asuntos?} [Corán 42:52-53]

{Y éste es Mi sendero recto, seguidlo, pues. Y no sigáis otros caminos, porque si lo hacéis, éstos os dividirán y desviarán de Su camino. Esto es lo que os ha ordenado para que Le temáis.} [Corán 6:153]

Sin la Sunna nos sabríamos como hacer el Wudu’, la oración, el Hayy y muchas otras formas de adoración, porque cuando se establecieron Al-lah encomendó a Su Mensajero para que explicara de qué forma hacerlas; con el Wudu’, por ejemplo, una vez lo hizo frente a sus seguidores para enseñar la manera en que se debe hacer: “Esta es la forma como yo y los demás Profetas hacemos la ablución, quien haga algo menos o más de lo que me han visto hacer, habrá hecho un daño e injusticia”. Igualmente, al enseñar la oración dijo: “Hagan la oración de la misma manera en que me han visto hacerla”; y en cuanto al Hayy, dijo: “Aprendan de mí los ritos de la peregrinación”. Lo anterior explica a la perfección lo que dice Al-lah en el Corán: {Y a ti te revelamos el Corán para que expliques a los hombres sus preceptos, y así reflexionen.} [Corán 16:44], y: {No te hemos revelado el Libro [¡Oh, Muhammad!] sino para que les aclares respecto a aquello sobre lo que discrepaban, y como guía y misericordia para los creyentes.} [Corán 16:64]

Es incoherente pensar, o tan siquiera insinuar, que la Sunna no tiene ninguna validez, pues un musulmán que afirme que nada ni nadie merece adoración sino Al-lah y que Muhammad es Su Profeta y Mensajero, sabe que la Sunna explica el Corán y lo complementa, por ello es la segunda fuente de nuestra jurisprudencia; es más, para algunos de nuestros sabios no hay diferencia entre ambas fuentes, pues las dos son revelación de Al-lah. Dice el Altísimo: {[Juro] Por la estrella cuando desaparece [al amanecer] que vuestro compañero [el Profeta Muhammad] no se ha extraviado ni está en un error ni habla de acuerdo a sus pasiones. Él sólo trasmite lo que le ha sido revelado. Aquello que le enseñó el dotado de poder} [Corán 53:1-5]

Dice Al-lah: {Y que aquellos que desobedezcan las órdenes del Mensajero de Al-lah [y rechacen su Mensaje] estén precavidos, no sea que les sobrevenga una desgracia o les azote un severo castigo.} [Corán 24:63]

Pidan bendiciones por el Profeta Muhammad, tal como Dios se los ordena: {Ciertamente Al-lah y Sus Ángeles bendicen al Profeta. ¡Oh, creyentes! Pidan bendiciones y paz por él.} [Corán 33:56]

Oh Señor soy Tu siervo, hijo de Tu siervo y Tu sierva, mis asuntos están en tus manos, tus órdenes he tratado de llevarlas a cabo, tu decreto sobre mi es justo, te suplico por todos tus nombres con los cuales te has llamado a Ti mismo, o lo hayas revelado en tu libro, o lo hayas enseñado a alguien de tu creación, o lo hayas preservado en tu conocimiento oculto, que conviertas al Corán en lo que revive mi corazón, la luz de mi pecho, que da final a mi tristeza y alivia mis preocupaciones.

Oh Señor me refugio en Ti de las preocupaciones y las tristezas, de la debilidad y la vagancia, de la avaricia y la cobardía, del peso de las deudas y de ser dominado por los hombres.

Oh Dios mío perdona a nuestros vivos y a nuestros muertos, a los que están presentes y ausentes, a nuestros niños y ancianos, a los hombres y a las mujeres. Oh Dios mío, a quien des vida que viva en el Islam, y a quien des la muerte que muera en la Fe, Señor no nos prives de la recompensa de la Fe y no nos desvíes luego de habernos guiados.