Primer Jutba
Alabado sea Al-lah, Señor del Universo. Lo glorificamos, Le pedimos perdón por nuestros pecados y a Él nos encomendamos. Nos refugiamos en Al-lah del mal que existe en nuestras propias almas y de los perjuicios de nuestras malas acciones. A quien Al-lah guía nadie puede desviar, y a quien extravía nadie puede guiar. Atestiguamos que nada ni nadie merece adoración sino Al-lah, Único, Quien no tiene copartícipe alguno. Atestiguamos que Muhammad es Su siervo y Mensajero. Alabado sea Al-lah quien envió al Profeta Muhammad como una misericordia para la humanidad, con la guía divina que nos salva del Infierno y nos introduce en el Paraíso. Alabado sea Aquél quien envió a Su mensajero para que sea obedecido y seguido.
Hermanos y hermanas, ¿quién de nosotros no ama al Profeta Muhammad, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam? ¿Quién de nosotros no añora estar junto a él en la otra vida disfrutando de la recompensa de Al-lah? Y, ¿quién de nosotros no espera que él suplique para que se nos tenga misericordia el Día del Juicio?
Sin lugar a dudas, todos suponemos que amamos al Profeta y Enviado de Al-lah, que deseamos ser sus compañeros en el Paraíso y esperamos que su súplica por nosotros sea escuchada el Día Final; sin embargo, debemos saber y ser conscientes de que para lograr este inmenso honor hay sólo una vía, un sólo camino a seguir, y este es seguir su Sunna y obedecer sus mandatos.
En el Corán, Al-lah, Altísimo y Todopoderoso, nos ordena con claridad, en más de una aleya, que debemos obedecer a Su Profeta, veamos:
{Di: ¡Obedeced a Al-lah y al Mensajero! Pero si se niegan, sepan que Al-lah no ama a los incrédulos.} [Corán 3:32]
{¡Oh, creyentes! Obedeced a Al-lah, obedeced al Mensajero y a aquellos de vosotros que tengan autoridad y conocimiento. Y si discrepáis acerca de un asunto, remitidlo al juicio de Al-lah y del Mensajero, si es que creéis en Al-lah y en el Día del Juicio, porque es lo preferible y el camino correcto.} [Corán 4:59]
{¡Oh, creyentes! Obedeced a Al-lah y a Su Mensajero, y no le desobedezcáis, siendo que sabéis que lo que él os transmite es la Verdad.} [Corán 8:20]
{Diles: Obedeced a Al-lah y obedeced a Su Mensajero. Si se rehúsan, [sepan que] el Mensajero sólo rendirá cuentas por lo que se le ha encomendado y que ellos deberán hacerlo por lo que se les ha ordenado, pero si le obedecen [al Mensajero] se encaminarán. Y por cierto que Nuestro Mensajero sólo tiene la obligación de transmitir [el Mensaje] con claridad.} [Corán 24:54]
{¡Oh, creyentes! Obedeced a Al-lah y al Mensajero, y no malogréis vuestras obras.} [Corán 47:33]
{Quien obedezca al Mensajero obedece a Al-lah. Y quien le dé la espalda, sepa que no te hemos enviado como un custodio de sus obras.} [Corán 4:80]
{Y observad la oración prescrita, pagad el Zakat, y obedeced al Mensajero, que así se os tendrá misericordia.} [Corán 24:56]
{Di: Si verdaderamente amáis a Al-lah, ¡Seguidme! Y Al-lah os amará y os perdonará los pecados. Al-lah es Absolvedor, Misericordioso.} [Corán 3:31]
{Un verdadero creyente o a una verdadera creyente no deben, cuando Al-lah y Su Mensajero hayan dictaminado un asunto, actuar en forma contraria; y sabed que quien desobedezca a Al-lah y a Su Mensajero se habrá desviado evidentemente.} [Corán 33:36]
{En cambio los creyentes, cuando se los exhorta a respetar en sus juicios las leyes que Al-lah ha revelado a Su Mensajero, dicen: ¡Escuchamos y obedecemos! Ciertamente ellos son quienes prosperarán.} [Corán 24:51]
En la Sunna el Profeta Muhammad, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, con sus propias palabras dijo al respecto:
Al ‘Urbad Ibn Sariah, que Al-lah esté complacido con él, dijo: “El Profeta Muhammad nos hizo una exhortación tan fuerte que nuestros corazones se constriñeron y las lágrimas desbordaron de los ojos. Le dijimos: ‘Parece que te estás despidiendo de nosotros, Mensajero de Al-lah; si es así, danos un consejo’. Entonces dijo: ‘Les aconsejo la Taqwa (temor reverencial a Al-lah) y a obedecer a quienes los gobiernen, así se trate de un esclavo. Por cierto que el que viva mucho de ustedes verá asuntos muy diferentes a los que vivimos hoy en día, por lo que debe aferrarse a mi Sunna y a la Sunna de los Califas rectos y bien guiados (Abu Baker, Omar, Uzman y ‘Ali). ¡Ay de ustedes y las innovaciones en los preceptos!, pues toda innovación en ello lleva a la perdición’”. [Tirmidhi, Ibn Mayah e Ibn Hibban]
Ibn ‘Abbas, que Al-lah esté complacido con él, relató que el Enviado de Al-lah, durante el Jutba que realizó en el Hayy de la despedida, dijo: “El demonio ha perdido la esperanza de que sea adorado y obedecido en esta tierra, pero tiene la esperanza que lo hagan en otras, en medio de personas que desprecian las obras que ustedes realizan; así que tengan mucho cuidado y sepan que yo he dejado entre ustedes algo que, si se aferran a ello, nunca se perderán: el Libro de Al-lah (el Corán) y la Sunna de Su Profeta”. [Al Hakim]
Abu Hurairah, que Al-lah esté complacido con él, trasmitió que el Profeta Muhammad dijo: “Toda la gente de mi nación entrará al Paraíso, menos quien no quiera”. Le preguntaron: “¿Quién es ese que no querrá?” Respondió: “Quien me obedece entrará en el Paraíso, y quien me desobedezca es el que no querrá entrar”. [Bujari]
Abu Musa, que Al-lah esté complacido con él, mencionó que el Profeta Muhammad dijo: “Mi caso y el del mensaje con el que me envió Al-lah es como el de un hombre que va ante algunas personas y les dice: ‘¡Vi al ejército (enemigo) con mis propios ojos! Yo soy una advertencia explícita para ustedes. ¡Sálvense! ¡Sálvense!’; un grupo le obedeció, se marcharon por la noche y lograron salvarse. Otro grupo lo desmintió, el ejército los sorprendió por la mañana y los destruyó. Tales son los ejemplos del que me obedece y sigue lo que he traído, y del que me desobedece y desmiente la Verdad que he traído”. [Bujari y Muslim]
Abu Rafi’, que Al-lah esté complacido con él, contó que el Profeta Muhammad dijo: “Encontrarán gente recostada en sus sillones que, cuando se les diga que yo ordené algo o lo prohibí, alegarán diciendo: ‘No sé, seguimos sólo lo que encontramos en el Libro de Al-lah, lo demás no’”. [Ahmad, Abu Dawud y Trimidhi]
Todas las referencias que hemos mencionado, tanto del Corán como de la Sunna del Profeta Muhammad y lo aplicado por sus mismos discípulos, es una prueba indiscutible de la obligatoriedad impuesta por Al-lah, el Omnisciente, y de que no debemos tener dudas o discrepancias al respecto, pues si no pasaría lo que Él nos dice: {Y obedeced a Al-lah y a Su Mensajero, y no discrepéis porque os debilitaríais y seríais derrotados. Sed pacientes y perseverantes, pues ciertamente Al-lah está con los pacientes.} [Corán 8:46] Además, obedecer al Profeta es lo mismo que obedecer a Al-lah, este es el camino que nos salva de caer en la sedición y la anarquía.
Sin lugar a duda, pensar diferente es algo de lo que ningún grupo humano puede escapar, pero en el Islam esto es positivo siempre y cuando dichas diferencias no sean opiniones personales que vayan en contra de algo establecido por Al-lah y Su Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam. Por ello, el Mensajero de Al-lah, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, nos previno diciéndonos, según lo relató ‘Abdul-lah Ibn Omar, que Al-lah esté complacido con él: “Ciertamente los hijos de Israel se dividieron en 72 grupos, y mi nación se dividirá en 73, todas ellos estarán en el fuego del Infierno menos uno”. Le preguntaron: “¿Cuál es el que se salvará?”, respondió: “El que siga lo que yo establecí y lo practicado por mis Sahabas (discípulos)”. [Tirmidhi]
Seguir la Sunna del Profeta Muhammad es equivalente a subir a la nave que construyó el Profeta Noé, a ella sólo subieron los que creyeron en el mensaje que Al-lah le había revelado a él y a los Profetas anteriores; y los que rechazaron su misión y le desmintieron fueron los que perecieron en el diluvio.
Por otra parte, seguir la Sunna significa hacerlo con conciencia y racionalidad, es decir, sabiendo que lo que el Profeta estableció es lo justo y necesario; por este motivo, no debemos ni aumentar ni disminuir y mucho menos innovar algo. En Bujari y Muslim encontramos un relato de Anas Ibn Malik en el que nos dijo: “Llegaron tres personas a las casas de las esposas del Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam; preguntaban sobre la adoración del Profeta. Cuando se les informó, fue como si les pareciera muy poco. Dijeron: ‘¿Quiénes somos comparados con el Profeta? Y eso que Al-lah le perdonó sus pecados pasados y futuros’. Uno de ellos dijo: ‘Yo rezaré durante toda la noche siempre’’. Otro dijo: ‘Yo ayunaré todos los días del año, sin romper mi ayuno’. El otro dijo: ‘yo me alejaré de las mujeres y nunca me casaré’. El Mensajero de Al-lah, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, llegó y dijo: ‘¿Ustedes son los que decían así y así? Yo, ¡por Al-lah! , soy de todos ustedes el que más teme a Al-lah y el que más se protege de Su castigo; sin embargo; ayuno y no ayuno; rezo y duermo; y me caso con mujeres. Quien rechaza mi Sunna no es de los míos’”.
Rechazar la Sunna lleva a la persona a una de dos situaciones o a ambas; la primera es caer en una grave falta, y la segunda es la incredulidad. Cuando una persona reniega de las enseñanzas del Mensajero de Al-lah, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, se convierte en un incrédulo por más que diga que cree en el Corán. Mientras que si una persona deja de cumplir con algo por negligencia o pereza, si lo dejado es obligatorio, entonces ha cometido un gran pecado del que debe arrepentirse; y si lo que se ha descuidado es algo voluntario, pues ha perdido la oportunidad de ganar recompensas extras.
Le pido a Dios perdón por nuestras faltas. Háganlo ustedes también.
Segundo Jutba
Ibn Mas’ud, que Al-lah esté complacido con él, dijo: “El Profeta Muhammad, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, dibujó una línea en el suelo y dijo: ‘Este es el camino de Al-lah’. Luego trazó otras al lado de la primera, una larga al lado derecho y otras cortas al lado izquierdo, y dijo: ‘Este es mi camino, señalando la larga, y estas cortas son caminos en cuyas cabeceras están demonios que llaman para que los sigan’, luego recitó el versículo que dice: {Y éste es mi sendero recto, seguidlo, pues. Y no sigáis otros caminos, porque si lo hacéis, éstos os dividirán y desviarán de Su camino. Esto es lo que os ha ordenado para que Le temáis.} [Corán 6:153]”.
Al-lah nos hace un llamado general a todos a seguir el sendero recto y a tener paciencia para mantenernos firmes cuando las tormentas quieran apartarnos de él. Dice Al-lah: {Juro por el transcurso del tiempo, que ciertamente los hombres están perdidos, salvo aquellos que creen, obran rectamente, se aconsejan mutuamente cumplir cabalmente [con los preceptos divinos] y ser pacientes y perseverantes.} [Corán 103:1-3]
Los eruditos y especialistas de las ciencias islámicas, los ‘Ulama’, afirman que la Sunna es la guía que nos lleva a la salvación, y se basan para su argumento en aleyas como:
{¡Oh, Profeta! En verdad te hemos enviado como testigo [de las obras de tu nación], como albriciador y amonestador. Exhortas [a los hombres a creer en] Al-lah con Su anuencia, y eres como una antorcha luminosa [que guía a quienes están en las tinieblas hacia la luz de la fe].} [Corán 33:45-46]
{… y tú [¡Oh, Muhammad!] en verdad, guías al sendero recto; el sendero de Al-lah, a Quien pertenece cuanto hay en los cielos y la Tierra. ¿Acaso no retornan a Al-lah todos los asuntos?} [Corán 42:52-53]
{Y éste es Mi sendero recto, seguidlo, pues. Y no sigáis otros caminos, porque si lo hacéis, éstos os dividirán y desviarán de Su camino. Esto es lo que os ha ordenado para que Le temáis.} [Corán 6:153]
Sin la Sunna nos sabríamos como hacer el Wudu’, la oración, el Hayy y muchas otras formas de adoración, porque cuando se establecieron Al-lah encomendó a Su Mensajero para que explicara de qué forma hacerlas; con el Wudu’, por ejemplo, una vez lo hizo frente a sus seguidores para enseñar la manera en que se debe hacer: “Esta es la forma como yo y los demás Profetas hacemos la ablución, quien haga algo menos o más de lo que me han visto hacer, habrá hecho un daño e injusticia”. Igualmente, al enseñar la oración dijo: “Hagan la oración de la misma manera en que me han visto hacerla”; y en cuanto al Hayy, dijo: “Aprendan de mí los ritos de la peregrinación”. Lo anterior explica a la perfección lo que dice Al-lah en el Corán: {Y a ti te revelamos el Corán para que expliques a los hombres sus preceptos, y así reflexionen.} [Corán 16:44], y: {No te hemos revelado el Libro [¡Oh, Muhammad!] sino para que les aclares respecto a aquello sobre lo que discrepaban, y como guía y misericordia para los creyentes.} [Corán 16:64]
Es incoherente pensar, o tan siquiera insinuar, que la Sunna no tiene ninguna validez, pues un musulmán que afirme que nada ni nadie merece adoración sino Al-lah y que Muhammad es Su Profeta y Mensajero, sabe que la Sunna explica el Corán y lo complementa, por ello es la segunda fuente de nuestra jurisprudencia; es más, para algunos de nuestros sabios no hay diferencia entre ambas fuentes, pues las dos son revelación de Al-lah. Dice el Altísimo: {[Juro] Por la estrella cuando desaparece [al amanecer] que vuestro compañero [el Profeta Muhammad] no se ha extraviado ni está en un error ni habla de acuerdo a sus pasiones. Él sólo trasmite lo que le ha sido revelado. Aquello que le enseñó el dotado de poder} [Corán 53:1-5]
Dice Al-lah: {Y que aquellos que desobedezcan las órdenes del Mensajero de Al-lah [y rechacen su Mensaje] estén precavidos, no sea que les sobrevenga una desgracia o les azote un severo castigo.} [Corán 24:63]
Pidan bendiciones por el Profeta Muhammad, tal como Dios se los ordena: {Ciertamente Al-lah y Sus Ángeles bendicen al Profeta. ¡Oh, creyentes! Pidan bendiciones y paz por él.} [Corán 33:56]
Oh Señor soy Tu siervo, hijo de Tu siervo y Tu sierva, mis asuntos están en tus manos, tus órdenes he tratado de llevarlas a cabo, tu decreto sobre mi es justo, te suplico por todos tus nombres con los cuales te has llamado a Ti mismo, o lo hayas revelado en tu libro, o lo hayas enseñado a alguien de tu creación, o lo hayas preservado en tu conocimiento oculto, que conviertas al Corán en lo que revive mi corazón, la luz de mi pecho, que da final a mi tristeza y alivia mis preocupaciones.
Oh Señor me refugio en Ti de las preocupaciones y las tristezas, de la debilidad y la vagancia, de la avaricia y la cobardía, del peso de las deudas y de ser dominado por los hombres.
Oh Dios mío perdona a nuestros vivos y a nuestros muertos, a los que están presentes y ausentes, a nuestros niños y ancianos, a los hombres y a las mujeres. Oh Dios mío, a quien des vida que viva en el Islam, y a quien des la muerte que muera en la Fe, Señor no nos prives de la recompensa de la Fe y no nos desvíes luego de habernos guiados.